Andy Vella, diseñador de las portadas de The Cure: “Asusta pensar que Disintegration tenga 30 años”

Por Nuno Veloso

Andy Vella, desde pequeño, siempre quiso diseñar portadas de discos. Solía hacer rondas repartiendo el periódico para juntar dinero y poder comprar la música que le gustaba.

Desde 1981 que Andy Vella, junto a Porl Thompson, ha diseñado las portadas de los discos de The Cure. Bajo el nombre Parched Art, y con una taza de té como símbolo —“un recipiente para la creatividad”— sus obras han sido el rostro de placas como Disintegration, The head on the door, Faith o Kiss me kiss me kiss me. Sobre su trabajo y llegar a ser el fotógrafo de la banda que admiraba desde sus comienzos, habla con Culto en exclusiva.

“Iba todos los viernes corriendo a buscar mi paga, después iba a comprar un álbum. Me quedaba todo el fin de semana escuchándolo, viendo el arte —que seguramente era gatefold, como el Meddle de Pink Floyd, o YesSongs de Yes o algo así. Solía amar las portadas de música reggae, estaba muy metido en el dub, y me dejaba llevar. Aspiraba a crear arte donde la gente pudiera perderse y Porl (Thompson) y yo siempre estábamos felices y agradecidos cuando la gente nos decía cuánto las portadas significaban para ellos. No pides más que eso, es fantástico”, cuenta.

Andy Vella, diseñador y fotógrafo oficial de The Cure desde 1981. Foto: Colette Meacher.

A Andy, The Cure le encantaba desde antes de llegar a trabajar con ellos. “Los adoraba totalmente —aún lo hago, por supuesto— y es un sueño hecho realidad trabajar con una banda como The Cure y especialmente con Robert, con quien colaboro en proyectos personales con él todo el tiempo”.

Todo fue por mera casualidad —“alguien había visto mis fotos y me dijo que debería conocer a este tipo, Porl (Thompson), él tiene una banda y de repente puedes tomarles fotos”— un hecho que relata como “caído del cielo”, justo después de cambiarse de escuela de arte, un lugar donde nunca nada le había resultado. Porl, por entonces, estaba saliendo con la hermana de Robert Smith y le mostró el trabajo de Andy. “Robert me dijo si me interesaría hacer la portada del próximo single, que iba a ser 'Primary'. Fue una locura, desde entonces no he mirado atrás. Fue una oportunidad sorprendente: estar con ellos mientras ensayaban, estar en el estudio. Mi vida de pronto se volvió increíble, y tengo mucho que agradecer por eso”.

Robert Smith en los años de "Boys don't cry" . Foto: Steve Rapport.

La perspectiva que Andy tiene de la banda es privilegiada, acompañándolos desde entonces y con una cercanía envidiable a Smith. Su libro Obscure recopila muchas fotografías tomadas durante más de treinta años que nunca han visto la luz, como la portada misma del libro: una de las tomas descartadas de la icónica sesión de siluetas para el single “Boys don’t cry”.

“Especialmente me encanta tomar retratos de Robert, tenemos montones. Hay una confianza con él, ninguna de las fotos que le tomo ve la luz si no está totalmente aprobada por él. La cantidad de fotos que tengo, intentar ponerlas en un solo libro —como Obscure— fue algo muy difícil, son demasiadas. De las últimas que tomamos y se usaron para el aniversario el año pasado, hay un retrato de Robert donde se ve genial, muy bien para su edad. Simplemente las veo y disfruto cómo las fotos superan el paso del tiempo, como la silueta que hice para “Boys don’t cry”. Esa foto está en todas partes, ha sido pirateada en todos lados y en tantos artículos. Voy caminando por la calle y digo “esa es mi foto”, y no recibo dinero por eso (risas)”.

La portada de Faith, el tercer disco de The Cure (1981).

-Has trabajado además en el arte de muchas portadas desde Faith (1981) en adelante, ¿hay alguna que sea más importante para ti por alguna razón?

-Cada portada es mi favorita, cada una tiene su historia única, y en algún punto me gustaría armar algo con historias sobre la creación de cada una. Cuando la gente me ha preguntado cuál es mi favorita siempre digo que es la próxima, porque se trata de un momento en el tiempo. Enseño arte en un par de universidades y he hecho clases con historias sobre las portadas y los conceptos detrás de ellas. Siempre hay algo racional, una razón para su existencia, no son solo cosas decorativas que caen de la nada, se relacionan muy de cerca con el arte de Robert y su imaginación. Una vez pasó que me preguntaron por mi favorita y yo les pregunté de vuelta. “Pornography”, dijeron. “Bueno, a decir verdad, yo no hice esa”, respondí (risas). Y pensé que había sido fantástico. No es un problema, porque pienso que es una gran portada. Me interesaría saber cuál es tú favorita.

-Creo que es imposible hablar acerca de la portada de un disco y no pensar en la música, así que mi arte favorito es de mi disco favorito, y ese es Disintegration.

-Iba a decir Disintegration. He estado creando animaciones y he estado escuchando la música nuevamente, muy fuerte, y es simplemente brillante. Es algo sin tiempo, imperecedero, ese arte es algo que creamos nosotros, yo y Porl. Y para él es mucho mejor, ¡él tocó en el maldito disco! Veo ese arte y lo amo totalmente. Cuando le muestro la portada a estudiantes que tienen como veinte años me dicen “¿Cuándo lo hicieron?” -“En 1989”-, les digo. “Ah, ¿y qué versión de Photoshop usaron?” ¡No había Photoshop! Y simplemente no pueden creerlo, que solo sea una fotografía. Me gustan mucho también las portadas de los singles. De hecho, pienso mucho en las portadas de los singles, son fantásticos.

La portada de Disintegration, la obra cumbre de The Cure (1989).

-Al trabajar en el arte, ¿escuchas el disco una vez listo, o vas al estudio a ver el proceso?

-Sí, voy al estudio y escuchas cosas. Y lo que me gusta hacer con las letras de Robert es tomar algunas —por eso este es uno de los mejores trabajos del mundo, sino el mejor— y poder leerlas. También hago portadas para varias editoriales de libros y, claro, lees un libro o lees las letras de una canción y es maravilloso poder transportarme a los pensamientos y sentimientos más profundos de alguien y hacer un diseño que cuadre con eso.

El arte de las placas, elaborado por Andy Vella junto a Porl Thompson —guitarrista de la banda en sus inicios, antes de llamarse The Cure, y luego en la etapa imperial de mediados de los 80— en una dupla creativa bautizada como Parched Art, cuenta con una taza de té como símbolo. Una imagen reconocible para los fans, y presente en cada carátula de su autoría.

El guitarrista de The Cure, Porl Thompson. Foto: Michael Bezjian.

“Parched significa seco, como cuando tu boca está seca por estar sedienta. Supongo que tiene varios significados por ese lado. Bebemos té todo el tiempo. En nuestras horas creativas estamos bebiendo un montón de té, no sé cuántas, aunque de hecho deberíamos haber contado cuántas tazas de té bebimos para cada portada (risas). Básicamente representa nuestra filosofía y el hecho de que —subliminalmente— la taza es como un recipiente para la creatividad. Suena apropiado, ¿no? El molde para el sello fue creado cortando la superficie de una papa, con un cuchillo y después haciendo una impresión. Lo que me da risa es que hay gente por ahí diciendo que, si en un disco el mango sale hacia la derecha, significa que yo lo hice. Y si el mango está a la izquierda significa que lo hizo Porl. Pues solo para dejarlo claro: eso es una pelotudez. No es cierto, depende de cómo nos sintamos en el momento y nada más”.

Las portadas diseñadas por Storm Thorgerson junto a Hipgnosis para Pink Floyd, así como las de Roger Dean para Yes fueron influencia clave en Andy. Entre la densidad conceptual del rock progresivo y las atmósferas envolventes y asfixiantes de placas como FaithThe top o Disintegration, se vislumbra como enlace la intención de sumergir en una experiencia.

“Cuando yo estaba comenzando en esto recuerdo haber ido a ver a Storm Thorgerson, el hombre que hizo todas esas portadas para Pink Floyd e hizo todas esas sorprendentes portadas con Hipgnosis. Él era una de las razones por las que quise meterme en el diseño de portadas. Quería conocerlo, pensé incluso en trabajar con él, y fui unas tres veces a hablar con él a su estudio en Denmark Street. Él fue muy agradable conmigo siempre. Me dijo que le había encantado la portada de Faith —fue en ese tiempo en que lo conocí por primera vez— y me dijo “vas a ser muy bueno en esto, porque estás haciendo las cosas mostrándolas desde un ángulo completamente diferente, lo que estás haciendo es conceptual”.

Me halagó muchísimo que dijera eso sobre mi trabajo. La siguiente vez que nos vimos, yo había leído un libro sobre él y le dije que no podía creer que él no hiciera nada de su propia fotografía —básicamente era el director de arte— y me dijo “Claro, no. ¿Tú no haces tu propia fotografía, o sí?” Sí, le dije, hacemos todo el trabajo completo. Y la razón por la que Porl y yo éramos tan insistentes en hacer nosotros mismos nuestra propia fotografía para el arte, y las ilustraciones que se nos asignaban, es porque nuestra aspiración era Hipgnosis ¡y creíamos que él hacía todo!”.

-Es interesante ese vínculo entre el rock progresivo y The Cure. Hay un trabajo fuerte con el concepto de cada álbum y con la propuesta visual de la banda.

-Yo hice una portada para una recopilación del sello de acid house que tenía Chris Parry, solía hacer el diseño para ella, y Roger Dean escogió esa portada y la puso en uno de sus libros. Me escribió diciendo que si podía mandarle una copa firmada, ¡y pensé que era una locura! Era alguien con cuyo arte crecí, pensando que era un megadios, y fue increíble. Es la persona más adorable, me pide una copia firmada del disco al que le hice la portada, eso vale más que cualquier paga en el mundo, es lo máximo que me ha pasado. Es encantador realmente crear este arte, en este formato cuadrado y poder hablar de esto al otro lado del mundo. El arte toca a la gente universalmente, la gente se relaciona con él y es algo maravilloso.

La portada de Obscure, el libro de Andy Vella con prólogo de Robert Smith.

-Tú haces clases de ilustración, fotografía y diseño. ¿Qué consejo sueles darle a tus estudiantes, o a quienes se inician en este mundo?

-Cuando enseño ilustración, o fotografía, o diseño gráfico, e incluso si diseñas una casa —Roger Dean diseñó su propia casa, porque es un cerebro creativo. No es simplemente un ilustrador o un pintor-, siempre le digo a la gente que simplemente llegue y lo haga con lo mejor de sus capacidades, con pasión, que ame lo que haga y que no tome un “no”, por respuesta.

El 8 de octubre del año pasado, en la Estación Waterloo de Londres se hizo la primera parada de una exhibición itinerante por Reino Unido que recopilaba 70 icónicas portadas de discos de todos los tiempos, con motivo de las celebraciones del primer Día Nacional del Disco. Entre carátulas para artistas como The Beach Boys, Kraftwerk y Elvis Presley, se encontraba Kiss me kiss me kiss me de The Cure, diseñada por Andy y Porl.

La portada de Kiss me kiss me kiss me, el séptimo disco de The Cure (1987).

“Fui a la Estación Waterloo porque me dijeron que Kiss me kiss me kiss me era parte de la exhibición, y Parched Art estaba ahí junto a Primal Scream, el Surfer Rosa, Elvis Presley y Grace jones. Las miraba allá en el metro y pensaba en lo grandioso que era, lo maravilloso que es el arte. Lo que tienen las portadas de discos y libros que he hecho, y las cosas que hago para mí, es que nunca quise involucrarme en seguir ninguna tendencia. Siempre he pensado que, tal como la buena música, el buen arte también debe superar el test del tiempo, no tiene que tener fecha. Un problema con mucho del diseño que hay es que no va a ningún lado, sigue las tendencias, no resume nada, es una decoración atinada muy exitosa, y eso está bien en muchos niveles, pero me gusta la idea de que el arte se convierta incluso en algo más poderoso.

Disintegration está pronto a cumplir 30 años, y hay gente que piensa que el diseño está hecho en computador.

-Claro, no se ve como algo de los años ochenta. Piensas que se ve como algo de ahora, eso es muy bueno, ¿no? Asusta pensar que Disintegration tenga 30 años, yo lo recuerdo como si fuese ayer, estar creándolo, cada paso que hicimos para esa hacer portada. Pero ya fue hace 30 años, y es una locura. ¡Qué bueno que no tengo alzheimer! (risas). La canción “Untitled”… es increíble. Pienso que es uno de esos discos —y lo he escuchado muchas veces, lo he visto en vivo muchas veces, he estado parado al lado mismo de los parlantes, fotografiándolos— que tú escuchas, pones una sola canción, luego la siguiente, y la siguiente, y piensas que es tan elocuente ¡y se concibió hace 30 años! Y lo más emocionante, de lo que sea que ellos estén haciendo en el momento —yo los vi en Hyde Park el año pasado— es que recuerdo haberlos visto cuando partían, en los pubs, y luego cuando tocaban en los primeros días con Siouxsie… y por entonces yo pensaba que sería genial trabajar con alguien así, y no me imaginaba poder llegar a estar ahí con ellos. Ahora los veo ahí en Hyde Park, contemplando a una banda que se transforma de esa forma, y que te transporta así, teniendo audiencias de 60 mil personas. Cuando estoy ahí, viéndolos, pienso en lo inmenso que es eso. Creo que la voz de Robert suena sorprendente y la banda mejor que nunca. Los admiro, es increíble.

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