Juegos típicos de Chile

Además de las fondas, la cueca, los asados y los emblemas patrios, en septiembre tiene cabida el aspecto más lúdico de nuestra idiosincrasia, que se expresa a través de la práctica de juegos tradicionales.

Adultos y niños, en algunos casos familias enteras, tanto en zonas urbanas como rurales, se agrupan en torno a objetos simples como un trompo, un emboque, una cuerda, bolitas o volantines, para entretenerse y probar sus habilidades. O participan de competencias como las carreras de ensacados o de tres pies, la gimcana -que agrupa varias pruebas-, la rayuela o las tradicionales, y más comunes en las zonas rurales, como son el palo ensebado y la persecución del chancho.

No importa cuál juego se escoja, pero para que la celebración dieciochera sea completa no puede faltar, al menos, una de estas pruebas.

Trompo

Lo básico del trompo es que permanezca
girando el mayor tiempo posible.

Es un juguete tradicional de madera, con forma de pera invertida, que tiene una púa de fierro en la punta sobre la cual gira. En su superficie, desde el extremo contrario a la punta, se enrolla un cordel o lienza que servirá para arrojarlo al suelo.

Lo básico es tratar que el trompo permanezca girando el mayor tiempo posible. Pero también hay juegos, como la troya, que consiste en sacar de un círculo que se ha trazado en la tierra las monedas que han sido colocadas dentro. Para hacerlo, el participante lanza el trompo, luego lo toma en la palma de la mano y lo vuelve a lanzar, pero esta vez al círculo, para intentar sacar algo.

Otro juego es el de los quiños o golpes del adversario. En esta competencia, dos jugadores lanzan el trompo, con el fin de que uno de ellos logre golpear al otro para hacerlo avanzar hasta una línea de meta.

Emboque

Para jugar al emboque se requiere paciencia
y perseverancia, además de buen pulso.

Este es otro juguete tradicional de madera que entretiene a adultos y niños.
Está formado por dos piezas unidas por un cordel. Una de ellas se asemeja a una campana, que tiene un orificio al centro de su base, y la otra pieza es un palito que cabe sin holgura en la base agujereada. Ambas partes están unidas por una lienza.

Para jugar hay que sostener el palito con toda la mano -mientras la parte con forma de campana cuelga de la lienza hacia abajo- y sin soltarlo alzar la parte más grande hacia arriba, tratando de que caiga sobre el palito. Gana quien consiga embocar la mayor cantidad de veces.
Existen diferentes maneras de embocar y se reconocen con los siguientes nombres: simple, doble, vertical, mariquita, puñalada, purtiña o dominio del revés.
Para este juego se requiere paciencia y perseverancia, además de buen pulso
.

Típicos del campo

- Palo ensebado:

En el palo ensebado la tarea de los
participantes, que por lo general son
hombres, es intentar llegar al tope de
la vara.

Para esta competencia se utiliza una vara de madera de alrededor de cinco metros de largo, que se unta con grasa o jabón para dificultar su ascenso. En la punta se cuelgan premios (dinero, comida, etc.).
La tarea de los participantes, que por lo general son hombres, es intentar llegar al tope de la vara, trepando hasta alcanzar los premios.
Lo habitual es que la mayoría, incluidos los que parecen ser más fuertes, no llegue ni siquiera hasta la mitad de la vara, y pese a un gran despliegue de fuerza resbalen con rapidez.

- Persecución del chancho:

Este juego se realiza en recintos grandes, pero cerrados, como la pista de una medialuna. Se unta de aceite o grasa a un chancho y se lo deja correr. Luego, un grupo de niños debe salir en su persecución para atraparlo. Gana quien consiga hacerlo.

Requieren coordinación

- Carreras de tres pies:

Es una carrera en pareja. Se llama de tres pies, porque el tobillo izquierdo de uno de los corredores se amarra al derecho del otro. Para avanzar deben mover simultáneamente las extremidades amarradas. Gana la primera pareja que cruce la meta.

- Tirar la cuerda:

En este juego gana el equipo que, tirando de
la cuerda y arrastrando al equipo contrario,
logre hacer pasar el pañuelo sobre su marca.

En la mitad de una cuerda larga se amarra un pañuelo. Con la cuerda extendida, se hace una marca en el suelo, a uno o dos metros hacia la derecha del pañuelo y otra hacia la izquierda, a la misma distancia. Los jugadores se distribuyen en dos grupos. Cada uno, ordenado en fila y de pie, agarra la cuerda y se ubica detrás de una de las marcas. Gana el equipo que, tirando de la cuerda y arrastrando al equipo contrario, logre hacer pasar el pañuelo sobre su marca.

A caballo

Además de la atajada del novillo en la medialuna, existen otras actividades tradicionales que realizan los huasos a caballo.

- Trilla a yegua:

Es una fiesta en el campo, que reúne a patrones y obreros. Los jinetes arrean a un grupo de yeguas, para que corran en círculos sobre una gran cantidad de trigo. Tiene por objeto separar los granos de trigo de la paja

Carrera a la chilena:

Dos jinetes compiten sobre sus caballos al pelo, es decir, sin montura. Gana quien llega primero a la meta.

Domadura

Consiste en dominar en pelo a un caballo, sin entrenamiento. El domador debe mantenerse sobre el lomo, pese a los saltos y movimientos bruscos del animal.

Topeadura

Dos jinetes con sus caballos se enfrentan separados por una vara de madera a la altura del pecho. Deben empujarse mutuamente. Gana el jinete que logra que el caballo contrario se mueva del lugar que tenía al comenzar la competencia.

El volantín

El volantín nació en China y data del año 200 a.C. Su uso se popularizó de tal forma que el calendario chino le dedicó el noveno mes del año.

En Europa, conocido también como cometa, se popularizó hacia el siglo XII. En España, por ejemplo, se le conoce con nombres tales como, dragón, pandorga, pájaro, cambucho, entre otros.

El volantín llegó a Chile a mediados del siglo XVIII conquistando adeptos y también alborotos que terminaron con la dictación de un bando, el 2 de octubre de 1875, que condenaba a seis días de prisión al que encumbrara volantines provocando daños en las techumbres de las viviendas. Esta medida se tomó debido a los accidentes y heridas que sufrían los transeúntes cuando un volantín echaba abajo una teja.

Este juego tradicional chileno incluso se transformó en motivo de apuestas y peleas. Era una pasión popular que encantaba a toda la sociedad.

Dentro de la competencia existe la "comisión" que consiste en mandar cortado el volantín del contrincante. Esto se consigue con el roce o fricción de los hilos. Finalmente el volantín libre es perseguido por niños y adultos. Quien lo atrapa se adjudica el cometa.

Este tipo de competencia tiene muchos adeptos y para lograr mayor éxito se inventó el peligroso "hilo curado", que consiste en una mezcla de cola y vidrio molido, método que provoca graves heridas cortantes en niños y adultos ¡Nunca lo uses!

Para enrollar el hilo se utiliza el carrete, llamado antiguamente como "roldana". Para facilitar el envolver y desenvolver se utiliza un palo o caña. Algunos carretes tienen incorporado un palo que ayuda a este fin.

Hay diferente estilos, tamaños, formas y colores de volantín.

- Está el volantín "chupete", que no tiene cola.
- El pandorga
- Ajedrezados, por asemejar un tablero de ajedrez
- El jote
- El pavo
- El ñecla, hecho con papel de diario
- El chonchón

Los materiales usados para la fabricación de volantín son variados. Pero los más tradicionales son las varillas de coligüe (que forman un arco) y el papel seda o volantín. Luego están los tirantes compuestos por los hilos y la cola, que es una tira larga o corta que provoca efectos en el aire.

 

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