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El Semanal

Fotografías de: Gabriel Schkolnick / Roberto Candia

Margarita_Martinez

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Qué se siente…

No sentir
Margarita Martínez

"Todo ese fin de semana estuve borrada del mapa, me acordaba a momentos. A mi hijo no lo conocía, y no sentía nada por él. Sólo quería a mi mamá. El sentir también es recordar.

Nunca fui epiléptica. En diciembre de 2009 estaba en el trabajo y me dio un ataque de epilepsia. El doctor me hizo un electro y me dijo: 'Tienes un rompecabezas en la cabeza, están todas las piezas, pero mal posicionadas'. Me dijeron que tenía un tumor cerebral frontal derecho muy grave. En esa zona del cerebro están las emociones y la sensibilidad. Me operé en el Instituto de Neurocirugía, quedé con la frente hundida y el hueso se me corría.

Cuando desperté de la operación, todavía no sentía que tenía un hijo, no sentía amor

Cuando desperté de la operación, todavía no sentía que tenía un hijo, no sentía amor. Por un tiempo tuve totalmente bloqueados los sentimientos: el amor, la ternura, la alegría, el dolor. Después volví a sentir que Lucas era mi hijo.

Tuve otra crisis en mayo. Después de eso traté mal a todo el mundo, no sentía nada por nadie.

Ahora, que ya reaccioné al tratamiento, he vuelto a querer estar con mi hijo. Valoro el tiempo con él, jugar con él, darle besos, cuidarnos.

Pero me ha complicado en otras cosas. Por ejemplo, me corto un dedo y me da lo mismo, no siento, tomo las cosas calientes con la mano y no me duele. Recién me saqué una uña y no me di cuenta. No siento un lado de la cabeza. No siento nada. El papá de mi hijo ahora me da lo mismo, antes me daba pena. Si una pareja me dice que terminemos le digo que la puerta es ancha, y antes no era así. Desde la libido a cuando te dan un beso, ya no es como antes que sentías mariposas en la guata. Ahora un beso, no es lo mismo. Me pregunto, cómo a veces podía hacer o sentir esto, y ahora no.

Siento que quedé con los cables cruzados. Pero trato de andar con la mejor cara para la gente, que no se den cuenta. Que me vean bien".

Por: Marisol Olivares
Fotografía: Roberto Candia