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El Semanal

Fotografías de: Gabriel Schkolnick / Roberto Candia

Martín Vargas

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Qué se siente…

Ser noqueado
Martín Vargas

"Un nocaut es cuando te cuentan hasta 10 mil y tú no te levantas. Eso sólo me pasó dos veces en mi vida.

El golpe más duro me lo dio el chileno Alfredo Alcayaga. Nadie me pegó un derechazo como ése. La pelea fue en marzo de 1974, en Osorno. Pero esa vez, yo no debería haber peleado. Estaba enfermo, tenía una gripe terrible, humeaba. Mi entrenador me dijo: 'Negrito, tengo problemas económicos', y me sacó de la cama para que participara. Entrené una semana, pero seguía enfermo.

Arriba del ring me transformaba, era otro. Yo quería ser invencible, quería pegar y que no me pegaran. Era emocionante. Nunca tuve miedo ni estuve ofuscado antes de pelear. Yo sí era corazón valiente para pelear.

Huevón, estái loco, si perdiste por nocaut

En Osorno, Alcayaga iba y yo venía. En el séptimo round yo iba a rematar y él me pegó. Pasó en décimas de segundos, como un rayo. Me pegó y me tiró. Me acuerdo cuando estaba en el aire, antes de caer. Después del puñete vi mis zapatillas blancas con una estrella celeste. Luego vi cómo la estrella se acercaba a mi cabeza. Caerse en el ring es como tirarse un piquero. Yo me daba vueltas espectaculares. No me acuerdo si la gente gritaba, no escuché nada. Después no vi nada más, me perdí completo.

La sensación que me dejó el nocaut duró más de una hora. No me acordaba de nada, me preguntaban cómo me llamaba y no sabía. Después de un rato me levanté, me fui al camarín, me duché y quise tomar una 'papaya'. La gente pensaba que yo estaba bien. Caminé una, dos, tres, como cuatro cuadras y de repente ¡tac!, sentí como que me encandilaron. Y escuché la palabra 'nocaut'.

Y dije: 'Sí, poh, si yo gané por nocaut'. Mi hermano menor estaba conmigo y me dijo: 'Huevón, estái loco, si perdiste por nocaut'. Ahí me di cuenta que tuve mi primer nocaut".

Por: Carla Mandiola
Fotografía: Gabriel Schkolnick