Show

El Semanal

Fotografías de: Gabriel Schkolnick / Roberto Candia

Tomas Munita

« volver

Qué se siente…

Escapar de un bombardeo en Siria
Tomás Munita

"Fue a fines de enero del año pasado. Estaba con Kareem Fahim, periodista del New York Times, en Damasco, invitados por el país, con visa de periodista y en un hotel donde llegaba la seguridad de Bashar Al Assad. Nosotros queríamos encontrar al Ejército libre. Entonces, tuvimos que salir para encontrarlos, escaparnos de los chaperones de prensa. Manejamos hasta Rankous, un pueblo 40 kilómetros de Damasco.

Había diez militares jóvenes apuntándonos. Pensábamos que nos acribillaban

Sabíamos que los rebeldes nos iban a recibir bien. El problema era salir. Así que entramos despacito, con las luces apagadas. Nos entregamos como conejitos. Ahí nos bajaron y nos registraron. Después nos miraban. Jon Lee Anderson también iba en el auto.

Rankous es un pueblito pequeño de montaña. Casi como Farellones. Y hasta allá arriba el Ejército sirio llegó con tanques y morteros y nos bombardearon. Ellos nos vieron entrar, sabían que éramos periodistas. Y empezaron a bombardear. Sentíamos las balas pasar. Sugerí que paráramos para escuchar las balas, ver de dónde venían. Estábamos seguros de que nos querían agarrar a nosotros. Frente a esto, sólo pudimos fondearnos.

Kareem se puso a llamar al ministro del Interior. Consiguió una tregua, nos dieron como media hora para salir. Ibamos en un auto de mierda que tomamos en el hotel. El taxista ni siquiera sabía a dónde lo llevábamos. Después de que nos dieron la tregua y escapamos, fuimos directo al check point del Ejército en la carretera.

Éramos los únicos saliendo. Había diez militares jóvenes apuntándonos. Pensábamos que nos acribillaban. Me saqué el chaleco antibalas, porque una compañera no tenía. Lo pusimos como frazada adelante, como para compartirlo. Podían abrir fuego y echarles la culpa a los rebeldes. Cargarles a ellos nuestra muerte. No dispararon, pero yo pienso que estuvieron a punto. La angustia que sientes es constante, lo único que quieres es que termine. Después llegó el que estaba a cargo y nos dijo que éramos unos locos.

En el hotel, de regreso, sacamos las lecciones. Esa misma tarde me llamó el Times. Me dijeron: 'Tú sales de ahí mañana'.

Volver a Chile es siempre igual. Uno se queda con esa carga que trae. La tensión uno la suelta de a poco".

Por: Andrew Chernin
Fotografía: Tomás Munita