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Festival de Viña del Mar 2013

Domingo 24 de febrero al viernes 1 de marzo

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Resumen

Con 40 años en el espectáculo, el humorista Hermógenes Conache regresa a la Quinta Vergara en lo que será su tercera participación en el Festival de Viña, abriendo la primera jornada junto a los grupos Maná y los venezolanos de Chino & Nacho. La carrera de Hermógenes Conache en el humor comenzó el 3 de mayo de 1972 cuando tenía 19 años. Fue en el Festival de Hualpén donde un grupo de amigos lo inscribe en una competencia de comediantes. En ese entonces, lo apodaban cariñosamente "Poncho", pero no fue ese el escogido para enmarcar su carrera. A pesar de las burlas que causaba en su entorno juvenil, decidió usar su primer nombre en el ámbito artístico. De esa forma, Hermógenes Alfonso Henríquez Rodríguez comenzó sus pasos en el humor en su natal Concepción. Ganó el Festival de Hualpén, aunque reconoce que el resto de sus compañeros se retiró de la competencia luego de la primera jornada. Ese ya era un gran logro para el joven, nacido en el humilde barrio Pedro del Río Zañartu. Un año antes de su primer triunfo, el humorista argentino Edmundo "Bigote" Arrocet arrasaba en Viña del Mar de 1971. "Pensé que si el podía, ¿por qué yo no?", se preguntó a su corta edad.

Poco después lo llaman de un festival en la localidad de Hualqui, su primer trabajo como humorista, cuyo primer sueldo fueron 50 escudos de la época. "Para mi ir a Hualqui era como ir a Estados Unidos", recuerda.

Su inspiración era el fallecido humorista uruguayo, Juan Verdaguer. "El usaba el doble sentido, así que me agarré de ese camión y tome ese estilo", cuenta.

Las recomendaciones de quienes lo veían aumentaron día a día, tanto así que sus chistes llegaron a los oídos del legendario cantante Buddy Richard, quien en los 70 ya abogaba por una presentación en Viña del Mar para Hermógenes.

"Mi norte era el festival de Viña, pero había que quemar etapas", confiesa. Por eso, su primera intención fue luchar para subir al escenario del Festival del Huaso de Olmué. Su sueño se cumplió en 1979, mientras participaba de un festival en Yungay. La sorpresa fue inmensa: una pareja de carabineros llega hasta su hospedaje, donde le avisan que el alcalde de Olmué lo invitaba al show de ese año. "Pero me dijeron que no había plata", cuenta el humorista, así que negoció: de irle bien, la primera jornada sería gratis, pero las siguientes ya tendrían un precio. Se presentó tres veces en esa edición. Un año antes de eso, en 1978, decidió emigrar a Santiago, donde comenzó a actuar en festivales juveniles. Alojaba en la casa de un amigo ubicada en Gran Avenida, y todos los días, por ocho meses seguidos, caminaba hasta Lira 46, donde se encontraba Canal 13 en ese entonces.

Un buen día, se encuentra con Mario Kreutzberger, Don Francisco, que por las referencias de su actuación en Olmué, lo recluta para Sábados Gigantes. "Hay que tener constancia y dedicación", señala.

Aunque los frutos se estaban cosechando, al año su rutina comenzó a desgastarse. "Me puse fome", recuerda. Por ello, se retiró hasta 1983, cuando vuelve en gloria y majestad con una nueva rutina a Noche de gigantes, conducido también por Don Francisco. Ese sería un año redondo: TVN manejaba el Festival de Viña y Hermógenes llegó al programa de esa señal, 'Amigos siempre amigos', un espacio de competencia de canciones.

El problema era que aún tenía un compromiso con Canal 13. Fue el productor de esa señal, Antonio Menchaca, quien lo alienta. "Me trató de desleal, pero luego me dijo 'anda no más, pero no te olvides de nosotros'". Ese sería el camino para que el famoso director de TVN, Sergio Riesenberg, lo llamara para Viña 1984.

Ese sería el camino para que el famoso director de TVN, Sergio Riesenberg, lo llamara para Viña 1984. La emoción de su llegada a la Quinta Vergara se mezcló con la polémica surgida al finalizar su presentación. La representación de un amanerado vendedor de sopaipillas, que muchos recuerdan como la rutina del "soapisa", se vio interrumpida y salió del aire antes de tiempo. "Debió haber un llamado de gente a cargo del Consejo de televisión, dijeron que estuvo muy grosero. Pero me pasó lo que le ha pasado a muchos", recuerda. Eso no impidió que regresara a la Quinta Vergara en 1991, aunque se había alejado de la televisión y dedicado a los eventos para empresas y shows en festivales. Pero ese año quería regresar al festival de la ciudad jardín. Y aunque no estaba incluido en la lista de invitados al certamen, su esposa Lidia Smith habló con las personas indicadas para que su marido lograra su sueño. "Me dijeron que había sido un error no llamarme antes", relata el humorista.

Para 2013 sin embargo, las conversaciones comenzaron en abril del año pasado. "Lo de Viña es un regalo de Dios y bienvenido sea", resume el humorista, rumbo a su tercera presentación en el festival internacional.

Programación
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