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Nancho Parra será el tercer humorista en subir al escenario de la Quinta Vergara este 2013.
Sin embargo, su talento para hacer reír no fue lo primero por lo que subió a un escenario. A los 13 años, Hernán Parra entraba a la educación media y practicaba sus primeros acordes, siendo reconocido por una destreza musical que lo llevó a componer numerosos temas para competir en festivales escolares y comunales.
Lamentablemente, también era conocido por su poca habilidad en los estudios, que lo llevó a repetir dos veces el segundo año medio. "Lo mío no era el estudio", reconoce.
Su padre trabajaba en Huachipato, la compañía siderúrgica ubicada en Concepción. Con mucho esfuerzo, la mayor parte del tiempo doblaba sus turnos para llevar más dinero al hogar. "Encontrarse con la noticia que en vez de tirar hacia delante, yo tiraba el carro para atrás, era complicado", reflexiona.
Sin embargo, para evitar más problemas, estudió Técnico en Ventas en el Instituto Comercial de las Salinas en Talcahuano.
"Esa iba a ser mi vida", cuenta repasando su historia: trabajó más de 10 años en el área de ventas en una AFP.
En 1997 vendría el primero de sus cambios: mientras aún trabajaba en empresas, decidió dejar atrás las canciones de Ricardo Arjona y Alberto Plaza que interpretaba en shows y festivales, para dedicarse cien por ciento al humor. "Era más rentable que cantar", cuenta.
En 2005 comienza a viajar a Santiago a probar suerte. Gracias al contacto del humorista Mauricio Flores y al conocido manager Rubén Pulgar, y llegó a Morandé con Compañía, de Mega. Sin embargo, solo estuvo un par de semanas: debía pedir permiso en su trabajo y viajar en cada ocasión. Y como no había nada concreto en el programa, "todo se enfrió", cuenta.
Pero ese año sería clave: su vida dio un vuelco y decidió hacer de su pasatiempo su trabajo. De hacer tres o cuatro presentaciones al mes, debió hacer el doble para obtener el dinero necesario para vivir bien junto a su familia: su esposa, Soledad Inostroza, con quien se casó en 1994, y sus hijos Camilo de 15 años y Javiera de 11.
"Confiaba en lo que hacía y también en mi tema de ventas; en venderme", relata. Su estrategia era ir de empresa en empresa ofreciendo sus rutinas, entregándoles DVDs, "porque en esa época no había Youtube".
Ya profesionalizando su oficio, en 2007 una empresa lo contrata como parte de sus shows para loa empleados a lo largo de Chile, y llega a presentar sus rutinas de Arica a Punta Arenas.
En ese entonces, comienzan los programas de competencias entre humoristas. Uno de ellos, Coliseo Romano de Mega, llega a hacer un casting a cinco minutos de la casa de Nancho. Una oportunidad que dejó pasar. "Era un riesgo, porque yo vivía de esto. Podía perder mi sustento", revela.
Viña, sin embargo, era diferente. "Ahí te va bien aunque no salgas tan bien. Ahí tienes a Ricardo Meruane, que consiguió trabajo hasta en publicidad", recuerda Nancho sobre la pifiada presentación de Meruane en el festival del 2011.
Pero cuando aparece El rey del show de Chilevisión, fue su colega, coterráneo y compañero de Viña 2013, Hermógenes Conache, quien lo recomienda a la producción del programa para ser reclutado en la competencia.
"Hermógenes le dijo a la producción 'este cabro es bueno'. Pero jamás pensé en ganar", cuenta recordando su llegada a la final del concurso. "Pensaba que triunfarían o Fusión humor o Murdok", reconoce. Pero fue él quien consiguió el primer lugar y con ello, el boleto directo a la Quinta Vergara.
Nancho Parra se presentará en Viña el 26 de febrero, y compartirá escenario con el español Miguel Bosé y la banda adolescente Jonas Brothers.
