Pocas veces nos preguntamos de dónde viene lo que comemos o bebemos. A 151 kilómetros de Santiago, en la pequeña localidad de Peumo, están las más de 13.500 hectáreas en las que Sofruco tiene las tierras ideales para el cultivo de las frutas donde salen sus jugos.

Pero antes de llegar con un vaso de jugo a tu mesa, la historia parte mucho tiempo atrás, específicamente en 1824 cuando la familia Ossa comenzó las primeras siembras. Hoy es la Sexta generación de la familia quien lidera la compañía, y entrega a la tierra toda la sabiduría que le han traspasado sus antepasados. 

Es en estas tierras de la región de O'higgins donde cultivan las diversas frutas que dan forma a los diversos jugos de Sofruco. “Nuestro jugo y principal característica y el valor agregado que tenemos es que nosotros procesamos y tenemos la planta en nuestros propios campos, elaboramos nuestros jugos de nuestra propia fruta, uno de los pocos proveedores que poseen dicho valor” explica Nicolás de la Fuente, KAM de Jugos de Sofruco.

De las 13 mil 500 hectáreas, 2 mil de estas son plantas frutales y otras 600 son viñedos. Esto permite que la condición de la fruta sea manejada por los trabajadores en todo momento y así obtener el jugo deseado en las perfectas condiciones. “Un jugo Sofruco es hecho en base a fruta 100% exprimida, sin preservantes, aditivos o conservantes, tampoco agua o azúcar añadida, sólo el dulzor que trae la fruta” explica de la Fuente. 

Otra diferencia con la que cuentan los jugos Sofruco es que pasan por un proceso de “pasteurización flash”, es decir la fruta se expone a una temperatura cercana a los 93° por un par de segundos por lo que la condición de la fruta se mantiene y no mata la flora ni el valor de esta.

Uno de los pilares de Sofruco es la calidad, contar con productos libres de sellos y 100% natural. Así mantiene una variedad que destaca por sus cítricos, entregando a jóvenes y adultos preocupados por una alimentación sana un complemento para una dieta saludable, con el aporte de vitaminas que necesitan.