La energía que nos rodea: los nuevos usos en la vida cotidiana
Está presente en todas partes. Para cocinar los alimentos, para trabajar, para movilizarnos. Los usos de la energía son tan variados como las actividades humanas. Pero todo cambia. Hoy se abren nuevas opciones más eficientes y amigables con el medioambiente, como el uso de la electricidad en el transporte o en el manejo de una casa, a través de la domótica.
A las 6 de la tarde, el reflejo del último rayo de la luz del sol rebota en la pantalla. Se empiezan a encender algunas luminarias. Hay otros artefactos funcionando, como la aspiradora robot que sigue limpiando algunas partes del piso y el purificador del aire.
Eso hasta que Sebastián Reinares –32 años, ingeniero comercial y veterinario– abre con su celular la cerradura de la puerta de su departamento. Deja su mochila y su chaqueta en una silla y, como quien invoca algún súper poder, dice:
–Google, activar modo cine.
Entonces comienza el movimiento. Mientras Sebastián y su pareja se sientan en el sillón del living, las luces se apagan y se detienen los artículos que están funcionando. Se activa el modo silencio en los celulares. El único ruido que se siente en la casa es el del televisor que se enciende, en Netflix.
Y en tan solo 10 segundos, la casa entra en modo “Home Theater”.
El mundo está cambiando
La vida dentro y fuera del hogar cambia por completo cuando toda tu casa está a disposición de la pantalla de tu smartphone o de tu voz, explica Reinares.
–Al final lo que hace este conjunto de tecnologías es facilitarte la vida –dice.
La domótica es tan solo una de las maneras en que hoy se puede realizar una gestión mucho más eficiente de la energía necesaria en cualquier lugar.
¿Cómo funciona la domótica? Gracias a la electricidad.
Y, dicen, un país eléctrico es más eficiente, renovable, confiable y sustentable.
Algunos hablan de la electrificación como la cuarta revolución industrial. La electricidad es el futuro, porque cuando se habla de modernización de la tecnología sin emisiones, eso es sinónimo de electricidad. Y van a ser las energías renovables las que ganarán más espacio.
La meta de Chile es ser carbono neutral antes de 2050. Incluso la meta que se han puesto desde el ministerio de Energía es trabajar en 2040 casi solo con energías renovables. Pero la producción de energía limpia es solo una parte del proceso hacia la “carbono neutralidad”. También es fundamental utilizarla en más ámbitos de nuestra vida. ¿Cómo se puede lograr esto? La electrificación y la electromovilidad son dos factores que forman parte de la denominada “transición energética”, cuyo principal motor han sido los proyectos de energías renovables, especialmente solares y eólicos en los últimos años, los que poco a poco incentivan la puesta en marcha de tecnologías innovadoras que utilizan electricidad.
Tú tomas el control
Ir a trabajar y que las luces o el aire acondicionado se apaguen solos, olvidarse de tener que encender o apagar la cocina, activar la alarma de la casa solo con la voz.
Todo parece sacado de una película futurista, pero es una realidad. Es domótica.
Si en la década pasada lo más popular eran los dispositivos tecnológicos como los sensores de movimiento o las cámaras IP, hoy la domótica mejora estas tecnologías y las saca del ámbito exclusivo de la seguridad, para entregar comodidad y eficiencia energética. En resumen: para disfrutar la casa.
La domótica es el conjunto de tecnologías que permiten una gestión más eficiente de la energía en el hogar. Consigue que en una casa haya un consumo óptimo de la climatización, la luz, el uso de artefactos eléctricos y, así, reducir costos. ¿Cómo? El caso de los sensores de presencia es ilustrador. Estos apagan las luces cuando detectan que nadie se mueve en una habitación. Se ahorra dinero y energía.
La iluminación, el sonido, la televisión, la temperatura y la seguridad del hogar funcionan de manera automática, a través de dispositivos y sistemas que se programan según las necesidades.
Por ejemplo, puedes adaptar la potencia de las lámparas a la situación lumínica, para aprovechar la luz del sol. O puedes apagar de forma telemática los aparatos que están encendidos y cambiar la temperatura o el estado del sistema de climatización.
Todas las acciones se pueden realizar desde tu mano o incluso tu voz.
Pero la domótica no sirve solo para ahorrar gastos o hacer más eficiente el uso de la energía. También nos ayuda a no perder tiempo al realizar determinadas tareas cotidianas en la casa.
El primer acercamiento con la domótica que recuerda Sebastián Reinares fue por el 2014.
–No tuve ningún dispositivo domotizado en ese tiempo. Pero en lo que sí empezamos a incursionar en la casa de mis papás fue en el uso del control remoto para controlar puertas o accesos. A la puerta de acceso, por ejemplo, le colocamos control. Entonces en vez de usar la llave, apretabas un botón y se abría la reja principal. Eso fue lo primero que se domotizó –explica.
Cuatro años después, cuando se fue a vivir con su esposa, el primer artículo domotizado que tuvo Sebastián fue una aspiradora robot. Luego conoció algo que unificaría todos sus dispositivos inteligentes y domóticos: el hub. Los ya famosos hub son aparatos que centralizan y coordinan al resto de los dispositivos inteligentes. Es decir, en vez de controlar cada aparato por separado, a través del hub se pueden manejar todos desde el mismo lugar. Sebastián, por ejemplo, ocupa el Google Home Hub.
–El Google hub no es solo un dispositivo de control de audio, también tiene imagen. Cuando despierto puedo ver el clima. Y, además, es un controlador touch de todas las acciones de la casa. Lo que tú haces es incluir un dispositivo que hace cierta acción por ti, eso se conecta al hub y al celular– explica.
Pero aún falta un upgrade, comenta este ingeniero comercial, que viene en camino. Son los deslizadores para cortinas roller que le permitirán subir o bajarlas, dependiendo del momento y luz del día.
¿Qué nos mueve?
Hoy, en Chile, circulan alrededor de 900 autos eléctricos y se proyecta que para 2030 esta cifra llegue a los 80 mil vehículos.
Hay 900autos eléctricos en Chile.
Solo entre 2018 y 2019, el número de vehículos eléctricos se incrementó en un 68%
Para 2030, se espera que esta cifra aumente a 80.000 autos eléctricos.
Alberto Escobar, presidente de la Agrupación Movilidad Eléctrica de Chile (Amech) y actual gerente de movilidad de Automóvil Club de Chile, afirma que cada año el precio de los automóviles eléctricos está bajando y que el valor de las baterías está reduciéndose a una tasa de un ocho por ciento anual.
–En diez años o antes, la diferencia de precio entre un auto eléctrico y uno convencional va a ser muy baja –dice Escobar y asegura: –Estamos conviviendo con vehículos con motores eléctricos, híbridos e incluso con tecnología en base a hidrógeno, se está buscando diseñar una movilidad más amigable y limpia.
La empresa japonesa Nissan es una de las que apostó por la electricidad. El año pasado celebró los más de 400.000 kilómetros recorridos en un año por la flota Nissan LEAF –el vehículo eléctrico más vendido en el mundo–, en colaboración con su aliado Enel X, compañía especialista en infraestructura de carga y que también fue gestora de la alianza que introdujo la primera flota de buses eléctricos en el transporte público de Santiago. Esos kilómetros equivalen a 10 vueltas alrededor del mundo, superan la distancia entre la Tierra y la Luna y corresponden a un ahorro de 70 toneladas de CO2, equivalente a 2,4 veces el dióxido de carbono que absorben todos los bosques de Chile en un día.
–Las ciudades del futuro deben ser capaces de encontrar un equilibrio entre la competitividad económica, la cohesión social y la sostenibilidad ambiental. Hoy existe un mayor convencimiento que la movilidad que se aproxima será cada vez más eléctrica, conectada, autónoma y compartida –asevera el presidente de Amech.
Actualmente hay455buses eléctricos en Santiago.
Chile es el2ºpaís del mundo, luego de China, con más buses eléctricos.
Se proyecta de aquí a 2040, que el 100% del transporte público utilizará esta tecnología.
Uno de los principales desafíos para este tipo de autos es la carga. Según los registros de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC), en Chile actualmente existen 217 puntos de carga: 148 de ellos son públicos y 69 son privados. Por esto, Enel X anunció la construcción de la primera “Electro-ruta” del país, que consiste en la instalación de 1.200 estaciones de carga en los próximos cinco años, desde Arica a Punta Arenas.
Aunque no todo en el mundo de la electromovilidad es sinónimo de autos eléctricos.
Enchufados
Los scooters y monociclos llevan décadas entre nosotros. Pero además de haber resistido el paso de los años, este tipo de vehículos se han modernizado, cambiado, evolucionado. Incluso se han convertido en una forma de movilidad sostenible.
Son especies de “tribus” urbanas. Algunos andan en una rueda, otros en dos. La irrupción de los Vehículos de Movilidad Personal (VMP) se ven día a día en las ciudades. No es extraño observar por las veredas personas arriba de un monociclo, que las ciclovías también sean usadas por bicicletas eléctricas o que los scooter se muevan en las calles, entre medio de autos y buses. Ofrecen ligereza, agilidad de maniobra, precios asequibles, potencial de diversión y un componente ecológico: no contaminan ni hacen ruido.
Y a veces una sola rueda basta.
Antes de tener su primer monociclo, Luis Urzúa Arenas –33 años, ingeniero informático– caminaba durante media hora para llegar a su trabajo. Andar en transporte público no era una opción atractiva y estar apretado en el metro, menos. En 2018 comenzó a buscar alternativas. Aunque primero pensó en un scooter eléctrico, en su búsqueda se topó con los monociclos.
–El motivo principal por el que me decidí por un monociclo eléctrico fue por la simplicidad y lo práctico que es –explica Luis.
¿Quieres avanzar? Hacia delante el cuerpo. ¿Quieres parar? Mantente recto o poniendo un pie hacia el suelo.
Un día de oficina de este ingeniero informático comienza 10 para las 9 de la mañana. A esa hora se sube a su monociclo y comienza a recorrer las calles. Si le tocan todos los semáforos en rojo, llega en 10 minutos a su trabajo; si no, apenas se demora 5. Al llegar a la oficina, deja su vehículo cargando.
–La gran virtud es que el monociclo puedes cargarlo en la casa o en la oficina, simplemente enchufándolo a la pared. Es práctico, no tienes que andar buscando estacionamiento. También está el tema de que por ser eléctrico contaminas menos en todo sentido. Menos ruido, menos CO2 al ambiente, contaminación térmica, etc. Es mucho más eficiente para poder transportarse– dice Luis.
La ventaja es ecológica y económica.
Según la experiencia de este ingeniero, todo depende del costo del vehículo pero es conveniente. Si uno va a trabajar en metro todos los días, comenta, son más o menos 37 mil pesos mensuales. Al año, casi 450 mil pesos, que es lo que cuesta un monociclo de gama media.
¿Aburrido? El monociclo también es sinónimo de recreación. En la tarde, después de trabajar, Luis lo ocupa para ir a dar una vuelta, por ejemplo, al Parque Bicentenario. Incluso graba sus viajes arriba de “la rueda”, luego los edita y hasta incluye música.
–Es una alternativa para moverte y también para entretenerte –concluye.
Más allá de la domótica: vivir “smart”
No existe prácticamente nada que la tecnología no haya podido cambiar durante los últimos años. Y la construcción de edificios no ha sido la excepción. Las transformaciones son revolucionarias, así nacieron los llamados “Smart Buildings”.
¿Qué son? Edificios que vienen integrados con sistemas para gestionar la eficiencia energética, la climatización, seguridad, iluminación y mucho más. Otra de las principales exigencias de este tipo de construcciones es que son sostenibles. Es decir, reducen sus niveles de contaminación y consumo energético recurriendo al uso de energías alternativas.
En Chile, por ejemplo, la inmobiliaria Cidepa ha realizado proyectos de este tipo en Macul, San Miguel y La Cisterna.
–Existe una responsabilidad social de parte de Cidepa como inmobiliaria de reducir la emisión de CO2 a la atmósfera, eso como objetivo primario. Esto se traduce en una notoria mejoría en el confort que se entrega a los propietarios, ahorro de energía y economía en gastos comunes. La ciudad somos todos –explica Benjamín Cillero, gerente general de Cidepa.
¿Y cuáles son los beneficios para la construcción y las inmobiliarias el desarrollar este tipo de proyectos? Primero, las construcciones se realizan estudiando la mejor orientación del edificio para ahorro de energía y la rentabilidad a medio plazo de la inversión inicial es mayor. Y hay más ventajas, así lo comenta Cillero:
–Además de contribuir con menores emisiones de carbono, luego tenemos la economía que se obtiene al usar energías renovables como la solar, las ventajas económicas que se obtienen al usar acumuladores de calor para calefaccionar y termo paneles, logrando una menor pérdida de calor en invierno y temperatura más equilibrada en verano, además de una menor contaminación acústica asociada al uso de estos ventanales.
Uno de los proyectos de Cidepa que va en esa línea es el edificio Luis Valenzuela, en Macul, que tiene un sistema domótico. Incluso en el sector de estacionamientos cuenta con un tótem de carga para vehículos eléctricos. Y, por supuesto, aprovecha la luz solar a través de paneles.
–Lo principal es que la energía que se ocupa en el edificio es totalmente limpia y la verdad es que sí hay un ahorro para la comunidad –dice Héctor Moncada, propietario de uno de los departamentos de este edificio, en donde también se pueden controlar diferentes electrodomésticos, monitoreo a distancia y el acceso al departamento. Todo a través del celular.
Sebastián Reinares resume así cómo la energía nos ha cambiado la forma de vivir:
–Al final los smart buildings, la electromovilidad y esta serie de gadgets que te entrega la domótica son para dedicar la vida a lo esencial.
Como descansar. Por eso alrededor de las 11 de la noche, Sebastián tan solo con su voz indica que llegó el momento.
–Buenas noches –dice.
De inmediato, todos los aparatos de la casa de apagan. Las luces también. Y empiezan a oírse sonidos relajantes, esta vez de la selva.
Es hora de dormir.