
Chile y el desafío de la salud mental en tiempos de crisis
Una mirada de la Universidad Católica Silva Henríquez.
Falta de acceso, tratamientos casi imposibles de costear, invisibilización. Las cifras son alarmantes, más cuando el foco se pone en los jóvenes. Esta es otra de las caras del malestar social, pero ¿qué trabajo se está haciendo para prevenir y cuidar estas enfermedades antes de que sea demasiado tarde?
Cuatro de cada diez jóvenes cree que es casi imposible costear una consulta en psicólogo o psiquiatra. Cuatro de cada diez jóvenes cree que es casi imposible costear medicamentos para un tratamiento. Cinco de cada diez jóvenes cree que hacerse un examen requerido por un psiquiatra es poco o nada posible de pagar.
Las cifras son preocupantes y son parte de los resultados de la Novena Encuesta Nacional de Juventud, realizada por el Injuv. Y aunque poco se habla de las enfermedades mentales en el país y las cifras no son alentadoras, hay entidades que dedican gran parte de su trabajo a la prevención y cuidado de las enfermedades mentales. Una de ellas es la Universidad Católica Silva Henríquez que, además de darle una mirada propia a los desafíos que implica la salud mental, tiene un centro interdisciplinario dedicado al tema.
Conectados con la comunidad
El Centro de Atención a la Comunidad (Ceac) de la UCSH funciona hace 25 años y está enfocado en la salud mental. Trabajan tanto con la comunidad universitaria, como con personas que no pertenezcan a ella. Los programas van desde trabajo con migrantes, programas de adopción, de infancia, adolescencia, psicopedagogía, aprendizaje y también clínica grupal.
Uno de los públicos más importantes para el Ceac son los jóvenes. En colegios, por ejemplo, se trabaja con un 95 por ciento de establecimientos vulnerables y un 5 por ciento de particulares, para ver cuáles son las diferencias en cuanto a salud mental. También se trabaja con jóvenes ya en etapa universitaria.
–Algo que nos pareció súper interesante fue que la facultad de Educación de la UCSH nos pidió trabajar con los estudiantes en práctica, tenían problemas para enfrentarse a este campo laboral. Acá también hemos visto cómo se reflejan los problemas de salud mental de los jóvenes–
Cecilia Besser, directora del Ceac.
Las cifras demuestran el fenómeno. Las tasas de suicidio en Chile han aumentado, convirtiéndose en la segunda causa de muerte en la población juvenil y adolescentes entre 10 y 19 años. Pasó también en la misma UCSH. En 2019 se enfrentaron a un intento de suicidio. A partir de este hecho se hizo un trabajo con toda la comunidad: el afectado, su familia, pero también sus compañeros e incluso estudiantes de otras carreras.
–Con esa experiencia nos dimos cuenta de cuál era la realidad, porque todos los estudios dicen que los problemas de salud mental han aumentado muchísimo en este último tiempo –explica Besser.
Pero los problemas han cambiado. Si bien las enfermedades de salud mental más conocidas tienen que ver con angustia, estrés o depresión, hoy, según Cecilia Besser, se identifican otro tipo de complejidades. Trastornos alimentarios, auto mutilaciones a ideaciones suicidas son los principales problemas.
El Ceac también participa en una red de 19 universidades que buscan la promoción y protección de los derechos de los niños, adolescentes y jóvenes. Como parte del trabajo de esa red, uno de los principales focos es el tema de la salud mental.
–Nosotros como red nos juntamos con los estudiantes secundarios y les preguntamos qué está pasando, qué necesitan en el contexto del estallido social, cuáles son las demandas sociales que ustedes exigen. Y la respuesta de ellos hacia nosotros fue: “ustedes son los primeros que nos preguntan”. Ese es el principal error que hemos cometido, que tiene que ver con que no escuchamos a los jóvenes. Eso como profesionales y como red estamos tratando de darlo vuelta –dice Besser.
Desafíos profesionales
Tatiana Soto, académica de la escuela de Psicología de la UCSH, explica que otro de los principales desafíos para la salud mental en Chile tiene que ver con la formación de profesionales. Se ve, por ejemplo, en el trabajo que se realiza con los colegios.
–No hay ninguna conducta que no tenga un contexto. No existe el “niño problema”. Nosotros miramos al niño, la persona, el educador, los padres, hasta el tío del aseo es parte del contexto y las relaciones educativas. Entonces tenemos una mirada, que es muy propia de esta universidad, que es sistémica, formativa y no miramos aisladamente ningún fenómeno de lo humano en el contexto escolar –
Tatiana Soto, académica de la escuela de Psicología de la UCSH.
Por ejemplo, la prevención del bullying, explica la académica, se debe hacer desde la psicología del contexto.
–Las escuelas pretenden ser una tacita de leche y nada más lejos de eso es una escuela. Lo único que es posible regularizar es el caos y nosotros, como formadores, debemos desarrollar las bases orientadoras para que el psicólogo pueda manejarse dentro de su propio caos –
Leila Campdesuñer, académica de la escuela de Psicología de la UCSH.
Uno de los factores que han alterado este “caos” es, por ejemplo, el uso de las redes sociales. Hemos banalizado el mal en las redes sociales, explica Tatiana Soto. Tiene que ver con los pequeños actos agresivos que generan un ambiente de validación para la micro violencia.
El cyberbullying es uno de los fenómenos que se ha enraizado con el uso de las redes sociales, además de convertirse en un nuevo desafío para los profesionales de la salud mental. Según cifras del Injuv, el 21,1 por ciento de los jóvenes ha sido víctima de alguna situación de acoso cibernético en el último año.
–En ese contexto, es necesario que hoy en la escuela haya un acompañamiento de salud y psicológico, debe estar presente siempre. No solo cuando llega una cierta patología, es un continuo –dice Soto y concluye: –Uno, como profesional, tiene que estar preparado para adaptarse. La escuela debe volver a ser reflexiva.