Chile50LT

Ubicar y detener

La Tercera

Los estudiantes: los dueños de las calles
Estudiantes congregados frente a La Moneda (Archivo Histórico / Cedoc Copesa)

Los estudiantes : los dueños de las calles

Comparte:
Album Cover
Los estudiantes: los dueños de las callesLos 22 días que sacudieron a Chile
Narrado por Francisco Aravena.

El 29 de agosto, las federaciones de estudiantes de la Universidad Católica de Chile y de la Universidad Católica de Valparaíso, ambas controladas por el movimiento gremial, publicaron un documento titulado “Hacia una nueva institucionalidad a través de la renuncia de Allende”. Como todos los textos de ese grupo en esos años, había sido revisado por Jaime Guzmán. Declaraba que “sólo bajo la dirección unitaria de nuestras Fuerzas Armadas, Chile puede reunir a sus mejores hombres en la misión de proponer la nueva institucionalidad que el país necesita para restablecer su democracia”.

Aunque las actividades de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (Feuc) lograron “cada vez más convocatoria”, dice su ex presidente Javier Leturia, la coordinación con la Federación de Estudiantes Secundarios (Feses), que encabezaba el DC Miguel Salazar, era bastante informal. Tampoco estaban enterados de los planes del golpe más allá de los rumores. “Lo más concreto que supimos fue cuando una vez alguien llegó con el aviso de que si los militares salían, nosotros teníamos que hacernos a un lado”.

Estudiantes 1971
Archivo Histórico / Cedoc Copesa

El movimiento estudiantil estaba partido en dos. En 1969, la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, la más antigua y mayor del país, había elegido presidente al comunista Alejandro Rojas, conquistando un bastión clave para la izquierda. En la noche del 4 de septiembre de 1970, Salvador Allende pidió celebrar su victoria en la sede de la Fech, en la Alameda. Desde uno de los balcones del segundo piso le dijo a una multitud histórica: “He querido hablar al pueblo desde los balcones de la Fech porque los estudiantes han sido vanguardia en esta lucha”.

Rojas fue reelegido presidente en los años 1970, 1971 y 1972, y en marzo de 1973 se convirtió en uno de los 25 diputados de la nueva bancada del PC. Sus rivales lo llamaban “el estudiante eterno” -cursaba Odontología- y también “la Pasionaria Rojas”, porque era tan intenso como la española Dolores Ibárruri (una vez interrumpió una conferencia de prensa del rector Edgardo Boeninger bailando cueca sobre el escritorio). La Fech de Rojas fue una defensora leal y movilizada de la UP. “La Fech contra el imperialismo yanqui”; “Fidel, Fidel, ¿qué tiene Fidel, que los imperialistas no pueden con él?”; “A los momios, pala, a los fachos, bala”, eran algunas de sus consignas favoritas.

Nunca antes en la historia de Chile los estudiantes habían tenido un papel tan activo en la política. Los proyectos del gobierno se discutían en la calle, entre pancartas, pedradas y guitarreos. No todo fue violencia ni todo fue una comparsa de marchas amables, pero los excesos se fueron incrementando a medida que la situación del país se polarizaba.

CONCENTRACION, MARCHA, ESTUDIANTES UNIDAD POPULAR. 26.09.1972
Archivo Histórico / Cedoc Copesa

El debut en las calles de los estudiantes secundarios fue responsabilidad de la Feses, que agrupaba a 70 liceos fiscales de Santiago. Cuando asumió Allende fue bastante moderada, pero en 1972 comenzó a llamar a paros en rechazo a la designación por criterios políticos de nuevos directores de establecimientos. Otras federaciones de regiones siguieron su ejemplo.

En 1973, los estudiantes secundarios y universitarios pasaron más tiempo en la calle que en las salas. El trasfondo fue una gran causa: la Escuela Nacional Unificada (ENU), uno de los proyectos más polémicos de la UP. Las bases de esta gran reforma se fijaron en el Congreso Nacional de Educación de 1971, convocado por la CUT, el ministerio y el gremio docente. Consistía, en lo grueso, en una democratización del sistema; la creación de un programa común para la educación parvularia, básica y media, y una mayor intervención estatal en los colegios privados.

ESTUDIANTES 1973
Archivo Histórico / Cedoc Copesa

El proyecto final que se conoció en abril de 1973 fue apoyado con fuerza por los partidos de la UP y rechazado con igual vigor por la oposición, la parte del movimiento estudiantil que la acompañaba y, al fin, por la Iglesia Católica, que pidió al Presidente su retiro. El senador Patricio Aylwin fue uno de los primeros en calificar al plan como “manifiestamente destinado a servir de instrumento al objetivo político partidista de concientizar a los niños y jóvenes chilenos dentro del ideario marxista-leninista que inspira a los partidos gobernantes”. La Conferencia Episcopal lo sentenció con una carta firmada por el obispo Carlos Oviedo, que declaró su oposición “al fondo del proyecto, por su contenido, que no respeta valores humanos cristianos fundamentales, sin perjuicio de sus méritos pedagógicos en cuestión”. Luego, el contraalmirante Ismael Huerta aseguró que los oficiales de las Fuerzas Armadas consideraban la ENU como un intento por concientizar a los jóvenes.

La polémica sorprendió a la Feses en una situación particular. En las elecciones de noviembre de 1972, dos listas se atribuyeron el triunfo: la del socialista Camilo Escalona y la del DC Miguel Salazar. En esos comicios, la juventud del PN llevó de candidato al dirigente Andrés Allamand, que un año antes, a instancias de Sergio Onofre Jarpa, se había retirado del colegio Saint George e ingresado al Liceo Lastarria sólo para participar en la Feses. Su compañero de lista era Francisco Vidal. “La derecha nunca había tenido preocupación por los estudiantes secundarios. Cuando Allamand hizo este gesto, fue una especie de ídolo para todos”, recuerda Roberto Palumbo, dirigente de la JN en esa época.

Mientras el sector de Escalona apoyó la ENU, el otro bando, apoyado por la Juventud Nacional, construyó una dura oposición contra la reforma. El primer gran paro fue el 17 de abril y contó con el respaldo de la Federación Unica de Estudiantes de Colegios Particulares, que dirigía José Manuel Correa, y la Confederación de Estudiantes de Colegios Particulares, encabezada por Osvaldo Artaza. A la paralización adhirieron cerca de 200 mil estudiantes de todo Chile. Los de Santiago (unos 50 mil) se movilizaron en masa por la Alameda: “¡Allende, escucha: la ENU se va a la chucha!”.

El 26 de abril, Escalona se reunió en el Teatro Caupolicán con los estudiantes de izquierda para apoyar al gobierno. El líder socialista condenó a “esa gente que se opone a cualquier tipo de cambios... que se niega al diálogo de cualquier manera, usando la ENU para oponer a los trabajadores al gobierno popular”.

Ese mismo día hubo otra concentración opositora que culminó con una lluvia de piedras hacia el Ministerio de Educación. “El ministro Tapia es un miserable, porque trata de engañar a los estudiantes”, proclamó Salazar frente a la Biblioteca Nacional. Otros estudiantes de los liceos Lastarria, María Auxiliadora y de colegios del sector oriente levantaron inéditas barricadas en Apoquindo y Providencia.

Con todo, el grupo estudiantil más activo en contra de la ENU (y de la UP) fue el Movimiento Gremial de la Universidad Católica, que nació como reacción al proceso de Reforma Universitaria, cuyo momento culminante fue la toma de la Casa Central en agosto de 1967. Su líder y fundador era Jaime Guzmán, presidente del centro de alumnos de Derecho, seguido, entre otros, por Jovino Novoa, Hernán Larraín, Ernesto Illanes, Felipe Lamarca y Raúl Lecaros. Los gremialistas tenían un rumbo separado del PN. Eran antipartidos y proclamaban la autonomía de los cuerpos intermedios, cuya expresión eran “los gremios”.

jaime guzman
Charla de Jaime Guzmán y Javier Leturia, mayo 1973. (Fondo histórico / CDI Copesa)

En 1969 conquistaron la Feuc con Ernesto Illanes y la retuvieron durante toda la UP. En el paro de octubre de 1972, la Casa Central de la universidad se convirtió en sede de las reuniones de los gremios. Guzmán y Eduardo Boetsch, líder del movimiento alessandrista, redactaron ahí el “Pliego de Chile”.

La Feuc gremialista participó en varios hitos opositores importantes, como la campaña para que Canal 13 llegara a todo Chile, la que rechazaba la intervención de la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones (“¡La papelera, no!”) y la huelga de los mineros de El Teniente en abril de 1973. Para entonces, su presidente era Leturia, un estudiante de Filosofía que había ganado con un mensaje que llamaba a “asegurar la derrota del marxismo en la UC”.

A mediados de junio, un grupo de mineros que marchó desde Rancagua se instaló en la Casa Central de la Católica. “Llegaron en un día de lluvia y la DC quiso ofrecerles su sede de la Alameda, pero a partir de conversaciones con nuestros dirigentes salió la idea de que era mejor no estar en un partido. Así fue como les abrimos las puertas”, recuerda Leturia. El rector Fernando Castillo Velasco no pudo oponerse. “Se encontró con hechos consumados”, dice Leturia. “Pero como un homenaje a él, puedo decir que en una manifestación declaró que aunque era un democratacristiano de izquierda, estaba con nosotros”.

El combate contra la ENU fue sin tregua. La Feuc declaró que bajo esta reforma se buscaba “transformar la educación en un gran aparato proselitista y de control de conciencias”. Los argumentos de su campaña “No a la ENU” aparecieron en El Mercurio y en un libro titulado ENU: el control de las conciencias. Este y la mayoría de los panfletos, documentos y manifiestos del movimiento gremial eran obras de Guzmán. “Lo redactaba casi todo. Le gustaba conversar sus propuestas, pero la pluma era de él”, afirma Leturia.

Estudiantes 1973
Archivo Histórico / Cedoc Copesa

Con los estudiantes de las dos principales universidades enfrentados (las siguientes, la Universidad Técnica del Estado y la Universidad de Concepción estaban en manos de la izquierda), el movimiento estudiantil replicaba la fractura que atravesaba el país. Ambos grupos sentían que su futuro estaba amenazado.

El 11 de septiembre, los gremialistas tenían organizada una nueva marcha junto a los secundarios. Cuando se enteraron del golpe, Leturia, Alberto Hardenssen, su vicepresidente, y Carlos Bombal, presidente del centro de alumnos de Derecho, fueron en auto hasta la Casa Central: “Las calles ya estaban desiertas. Luego nos juntamos con otro grupo en el departamento de Jaime Guzmán, a esperar. El quería ver el asunto consolidado y no estaba tan eufórico como nosotros”. En la UTE, donde Allende iba a anunciar su llamado a plebiscito, permanecieron el mismo día cerca de 600 estudiantes, académicos y funcionarios, con la sede tomada en defensa del gobierno.

21 ago.Estados Unidos: los ojos y las garras del águila

El lunes 20 de agosto de 1973, el Comité Cuarenta del gobierno de Estados Unidos aprobó un apoyo adicional de un millón de dólares para los partidos de oposición y el movimiento de los gremios del transporte terrestre y el comercio, en huelga en ese momento. El Comité Cuarenta coordinaba, al máximo nivel, las actividades anticomunistas globales del gobierno, el Pentágono y la CIA. Lo presidía el asesor de Seguridad Nacional del Presidente Richard Nixon, Henry Kissinger.

22 ago.La derecha fantasmal y la procesión interna de la DC

El martes 21 de agosto, los principales dirigentes del Partido Nacional se dedicaron a afinar los últimos borradores del proyecto de acuerdo que presentarían en la Cámara de Diputados para declarar que el gobierno de Allende estaba sobrepasando la Constitución.

23 ago.La Iglesia Católica: el rebaño inquieto

El jueves 23 de agosto, una gran multitud se agolpó en la Plaza de la Constitución para repudiar el acuerdo de la Cámara de Diputados y reforzar su respaldo a Allende. Al término de la concentración hubo incidentes en las calles del centro de Santiago. Los transeúntes se enfrentaron a gritos, se insultaron y a veces se trenzaron a puñetes.

Cambio de Mando

24 ago.El Ejército: al filo del quiebre

El 24 de agosto, el Presidente Allende comunicó el nombramiento del general Augusto Pinochet como nuevo comandante en jefe del Ejército. Era lo que habían recomendado su antecesor, el general Carlos Prats; el ministro José Tohá y otras personas cercanas al Presidente. Pinochet llegaba a la cima de su carrera en el medio de un gobierno socialista. Pero llegaba -y lo sabía- dentro de un territorio minado. El Ejército estaba en estado de alteración y Prats había caído por la presión de su propio alto mando. No había cómo ignorar este hecho, que se precipitó en sólo unas pocas horas.

25 ago.El campo: el parto de la tierra

El proceso que desató las pasiones más intensas durante el gobierno de la UP no ocurrió en las ciudades, sino en los campos. Fue la extensión de la Reforma Agraria. La relación con la tierra es más intensa que con cualquier otro bien de capital. Para muchos, la tierra es la madre -lo que nadie podría decir de una empresa- y en los pueblos originarios se sitúa en la base de sus creencias. Perder un fundo que durante generaciones había estado en manos de una familia debía desencadenar en los propietarios sentimientos tan intensos como contradictorios con los de quienes, después de décadas de privaciones, por fin accedían a la tierra. A escala microeconómica, el conflicto se multiplicó de manera desgarradora en cada predio de Chile.

26 ago.Patria y Libertad: alma de sabotaje

En la noche del domingo 26 de agosto de 1973, la Policía de Investigaciones llegó hasta el concurrido restaurante Innsbruck, en Las Condes, y arrestó al secretario general del movimiento Patria y Libertad, Roberto Thieme, junto a dos militantes, Saturnino López y Santiago Fabres. Thieme se entregó, no sin antes advertir: “Derrocaremos al gobierno de la Unidad Popular sea como sea. Si es necesario que haya miles de muertos, los habrá”.

jose toha

27 ago.La Unión Soviética: el informe Andropov

En algún momento de la segunda mitad de agosto de 1973, un convoy de buques soviéticos en ruta hacia Chile cambió de rumbo y se dirigió a otros países a vender su material. La carga era un número aún indeterminado de tanques y piezas de artillería, por un valor de 100 millones de dólares, que el ministro de Defensa de la Unión Soviética, el mariscal Andrei Gretchko, había comprometido con el general Carlos Prats durante la visita de éste a Moscú, en mayo de 1973. ¿El propósito? Modernizar y equilibrar las fuerzas del Ejército chileno con las que el general Juan Velasco Alvarado venía reuniendo en Perú. La URSS simpatizaba con la línea de izquierda nacionalista de Velasco Alvarado, pero consideraba catastrófica la idea de una guerra con el gobierno de Salvador Allende.

28 ago.El PS: el verbo flamígero

El 28 de agosto, con el paro gremial abultándose día por día, Allende tomó juramento a un nuevo gabinete, orientado al diálogo con el PDC, con el socialista Carlos Briones en el Ministerio del Interior. Allende se lo había anunciado a Aylwin en la casa del cardenal Silva Henríquez. Briones debía asumir el lunes 20, pero la dirección del Partido Socialista comunicó al Presidente su tajante rechazo. El nombramiento se paralizó, hasta que el senador de la Izquierda Cristiana Alberto Jerez le notificó al comité político de la UP que él y “otros tres senadores” abandonarían la coalición si no se nombraba a Briones. El Presidente confirmó a su ministro, mientras Altamirano declaraba que Briones “no es socialista”.

29 ago.Los gremios: la guerra como un paro

El martes 28 de agosto, el gremio de los comerciantes, dirigido por Rafael Cumsille, anunció su adhesión al paro de los camioneros, que encabezaba el vehemente León Vilarín. El transporte completaba cinco semanas en huelga y se vislumbraba un escenario aún más duro que el de la paralización de octubre de 1972. Ese día, por primera vez, durante el juramento de los nuevos ministros, el Presidente Allende mencionó una posibilidad dramática: “No dudaría un momento en renunciar si los trabajadores, los campesinos, los técnicos y profesionales, los partidos de la Unidad Popular, así me lo demandaran o sugirieran”.

Carlos Prats

30 ago.Los estudiantes: los dueños de las calles

El 29 de agosto, las federaciones de estudiantes de la Universidad Católica de Chile y de la Universidad Católica de Valparaíso, ambas controladas por el movimiento gremial, publicaron un documento titulado “Hacia una nueva institucionalidad a través de la renuncia de Allende”. Como todos los textos de ese grupo en esos años, había sido revisado por Jaime Guzmán. Declaraba que “sólo bajo la dirección unitaria de nuestras Fuerzas Armadas, Chile puede reunir a sus mejores hombres en la misión de proponer la nueva institucionalidad que el país necesita para restablecer su democracia”.

31 ago.La Armada: el primer golpe

El jueves 30 de agosto de 1973, el vicealmirante José Toribio Merino, jefe y juez de la Primera Zona Naval, pidió a la Corte de Apelaciones la suspensión de los fueros parlamentarios del senador Carlos Altamirano y el diputado Oscar Guillermo Garretón, bajo el cargo de “intento de subversión” en la Escuadra.

1 sept.El Mapu: la división salvaje

El viernes 31 de agosto de 1973, la petición del vicealmirante Merino a la Corte de Apelaciones de Valparaíso para desaforar al senador Altamirano y al diputado Garretón se trasladó a la Corte Suprema. La acusación eran las reuniones con suboficiales de la Armada que querían denunciar una conspiración contra el gobierno y tomarse la Escuadra. Garretón informó al Presidente Allende, que ya lo sabía y no le dio gran importancia.

gustavo leigh

2 sept.Cuba: el mojito revolucionario

Cuba siguió el proceso chileno minuto a minuto. Era el gobierno con mejor y más detallada información acerca de la UP. Además de los 119 miembros de su embajada, tenía el canal privilegiado de Beatriz, hija del Presidente, que se había casado con el cubano Luis Fernández Oña. Las Tropas Especiales del Ministerio del Interior habían ayudado a organizar la seguridad de Allende y dirigido la de Fidel Castro durante su visita de 1971. El jefe del Departamento América del PC cubano, Manuel Piñeiro, estuvo varias veces en Chile y se mantuvo siempre al día en la evolución de los hechos.

3 sept.Carabineros: la táctica Yovane

Ningún carabinero, de ningún rango, fue tan activo para incorporar a la policía militarizada en la lógica del golpe militar como el general Arturo Yovane. Contaba con una ventaja estratégica: la confianza del Presidente Allende en la lealtad de Carabineros como un cuerpo que, situado en la frontera del mundo castrense y el civil, familiarizado con la pobreza y todas sus secuelas colectivas, actuaría en una crisis de lado del gobierno, como lo había demostrado la Guardia de Palacio durante el “tancazo” del 29 de junio.

4 sept.El “poder popular”: cordones y comandos

“Usted no se ha apoyado en las masas”, le escribieron a Allende el 5 de septiembre la Coordinadora Provincial de Cordones Industriales, el Comando Provincial de Abastecimiento Directo y el Frente Unico de Trabajadores en Conflicto. Expresaban su alarma por hechos que conducirían “no sólo a la liquidación del proceso revolucionario chileno, sino, a corto plazo, a un régimen fascista del corte más implacable y criminal” y le pedían ponerse a la cabeza del “poder popular”, un “ejército sin armas, pero poderoso en cuanto conciencia”, y la aplicación de medidas para evitar “la pérdida de vidas de miles y miles de lo mejor de la clase obrera chilena y latinoamericana”.

Portada 8.9.73

5 sept.Los radicales: partidos en tres

El 4 de septiembre, la sede central del Partido Radical fue incendiada por manos anónimas. En las horas siguientes, circuló por Santiago el rumor de que el PR había decidido retirarse del gobierno de Allende. Sin embargo, era una versión totalmente infundada: mientras estuvieran en la dirección del PR algunos de los más fieles allendistas, como Hugo Miranda, Anselmo Sule, Aníbal Palma, Orlando Cantuarias, Edgardo Enríquez y otros, el PR nunca abandonaría al Presidente.

6 sept.Economía: tres días de harina

Su dramático anuncio del jueves 6 de septiembre de 1973, cinco días antes del golpe militar, de que casi no quedaba harina en el país pasó a la historia, pero el Presidente Allende en realidad quería informar de una crisis que, según creía, evolucionaba favorablemente. Eligió una actividad de la Secretaría de la Mujer para informar del desabastecimiento más crítico posible, en un país donde el pan constituye un producto de primerísima necesidad.

7 sept.El MIR: la vía de la insurrección

En el último fin de semana de la UP, para el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) era claro que todo estaba perdido. Como otros dirigentes, Andrés Pascal estaba hastiado de pasar noches acuartelado esperando el golpe. El diagnóstico final señalaba que habría un “golpe blando” o, si había plebiscito, Allende lo iba a perder. “Fue una incomprensión nuestra, porque hubo dos golpes. Uno, el de las clases dominantes para volver a imponer el orden. Otro, poco tiempo después, el de los que instalaron un nuevo modelo para resolver la crisis de desarrollo”, afirma.

DC y gob 30-07-73

8 sept.El API: la pieza pequeña

La actuación más importante del más pequeño de los partidos de la UP, Acción Popular Independiente, tuvo lugar en la dramática jornada del sábado 8 de septiembre, cuando los partidos de gobierno se reunieron en La Moneda para analizar la propuesta del Presidente Allende de convocar a un plebiscito para salir de la crisis. La aprobaron Luis Corvalán y Orlando Millas, del PC; Jaime Gazmuri, del Mapu-OC; y Anselmo Sule, del PR. La rechazó Bosco Parra, de la IC. Entonces habló el ex senador, presidente y líder indiscutido del API, Rafael Tarud. Dijo que por información de fuentes militares sabía que se preparaba un golpe militar que sería especialmente cruento.

9 sept.El PC: Stalin contra Trotsky

El domingo 9 de septiembre, Allende recibió en su casa a tres miembros de la comisión política del Partido Comunista, Luis Corvalán, Víctor Díaz y Orlando Millas, para decirles que creía inminente un golpe militar. No tendría la posibilidad de instalarse en algún regimiento, lo que evaluó con el general (R) Carlos Prats, porque los oficiales leales con mando de tropas ya no las controlaban.

10 sept.La Izquierda Cristiana: el espejo quebrado

El lunes 10 de septiembre, un grupo de 60 pobladores del MPR (uno de los frentes del MIR, dirigido por Víctor Toro) se tomó el Ministerio de Vivienda. El ministro Pedro Felipe Ramírez, representante de la Izquierda Cristiana (IC) en el gabinete, se reunió con ellos para resolver el conflicto. Cerca del mediodía, les dijo que debía asistir a un consejo de gabinete en La Moneda citado por Allende para las 12.

DC y gob 03-08-73

11 sept.El plebiscito: la última hoguera

Con fuentes de primera mano, el sábado 8 de septiembre la CIA informó a Washington que “varios acontecimientos” podrían frenar el golpe previsto para el lunes 10. Por el prestigio que tenía entre sus subordinados, Merino era capaz de convencer a los golpistas que esperaran algunos días si Allende llamaba a un plebiscito o anunciaba la formación de un gabinete integrado únicamente por uniformados. Para desactivar la amenaza de intervención militar, el Presidente tendría que adoptar medidas el sábado o domingo, porque después podría ser muy tarde e incluso era posible que las concesiones que hubiese querido hacer carecieran de importancia.

Créditos

Investigación y textos

  • Ascanio Cavallo
  • Manuel Délano
  • Bárbara Fuentes
  • Karen Trajtemberg

Coordinación

  • Paula Susacasa

Narración historias

  • Francisco Aravena

Coordinación especial LT

  • Ignacio Bazán

Periodista LT

  • Rosario Gallardo

Dirección de arte LT

  • Patricia Holmqvist

Diseño LT

  • Patricia Holmqvist
  • Catalina Naranjo

Desarrollo LT

  • Álex Acuña Viera

Archivos

  • Archivo CDOC
  • Fondo Histórico
  • La Tercera

El periodismo de calidad es mucho más que un formato. No cabe en una hoja de papel. Y así como debe ser capaz de informar y analizar las 24 horas, también busca entretener, emocionar y servir. Sé un suscriptor digital y forma parte de esta forma de entender el periodismo.