Presentado porEntel

Smart City: La nueva ciudad que respira 5G

La digitalización de nuestras vidas llega a la ciudad para convertirla en un espacio mucho más inteligente y ordenado para vivir. Así es como el 5G se convertirá en el inicio de la era de la Smart City.

En enero de 2021, Chile dio el primer paso en su carrera por la adopción del 5G. En un área de 7 kilómetros que se extiende desde Providencia a Las Condes se habilitó la primera Zona experimental 5G de Latinoamérica. Se trató de un espacio habilitado por el esfuerzo conjunto de Entel, Ericsson y Subtel en el cual durante algunos meses previos a la llegada comercial de esta tecnología, el 5G pudo probarse en un entorno cotidiano tanto por usuarios como también estudiosos. Y ya desde diciembre su uso empezó a ser una realidad (no solo experimenta), pues los habitantes de 33 comunas de Santiago, tales como Renca, La Pintana, Santiago y Providencia, ya cuentan con 5G en sus vidas a través de la red de Entel, cobertura que se irá expandiendo con el paso de los meses.

Y es algo no menor, ya que una de las gracias del 5G es que buscará conectar no solo a nuestros celulares y dispositivos, sino que a la ciudad completa. Es decir, es la llegada del Smart City.

Por supuesto, se trata de un cambio que no se producirá automáticamente solo con la llegada de una nueva tecnología, sino que además requiere repensar las cosas que queremos cambiar a través de las nuevas herramientas de  comunicación. ¿Qué necesitarían las urbes para pasar de ser ciudades tradicionales a Smart Cities? La respuesta viene de varias nuevas tecnologías: el Big Data, la Inteligencia Artificial y el 5G aplicados para convertir nuestra vida diaria en datos y desde allí, ayudar a tomar las decisiones que solucionarán los principales problemas que hoy aquejan a las zonas urbanas de todo el globo.

El transporte del futuro

La seguridad vial y la congestión vehicular son problemas que existen en todos lados. La necesidad de moverse suele ir siempre más rápido que la capacidad de las ciudades para adaptarse y crecer junto a sus ciudadanos. Y la tecnología ya ha demostrado que es capaz de resolver parte de ese problema a través de internet.

Aplicaciones como Waze, por ejemplo, han demostrado que es posible generar datos colaborativos en tiempo real para saber cuáles son las calles más congestionadas, los tiempos de traslado y hasta los accidentes reportados por la comunidad. Y mientras más personas usen la app, la información se vuelve más precisa y útil.

Ahora ¿Qué pasaría si no debiésemos depender de una app ni de conectar un celular para hacer lo mismo? ¿Si fuese nuestro automóvil el que se conectara directamente a internet? Esa es precisamente lo que permitirá una ciudad conectada con 5G, la creación de una red de información con datos precisos de cada ruta e incidente que ocurra, en tiempo real y sin que los usuarios tengan que hacer los reportes.

A través del 5G, los automóviles pueden comunicarse entre si y luego, utilizando la gran cantidad de datos que se generan dentro de la red vial, tomar varias decisiones: recomendar las rutas más expeditas, alertar sobre accidentes e incluso activar medidas de seguridad, al poder reducir la velocidad si es que auto que va en frente se detiene bruscamente. Si la conectividad es en tiempo real, la velocidad de reacción es prácticamente instantánea.

Si a esta tecnología le sumamos cámaras a los vehículos y sensores 3D, el 5G permitirá la proliferación de la movilidad autónoma, con vehículos que podrán manejarse solos a través de la ciudad. La conducción autónoma ya es un concepto que está funcionando en lugares selectos de Estados Unidos por ejemplo, pero que a través de las nuevas tecnologías, puede convertirse en una posibilidad no solo real, sino que en la solución para tener un transporte mucho más óptimo y a prueba de accidentes, tanto para vehículos particulares como locomoción pública y transporte de bienes.

Gestión inteligente

La escasez de recursos es uno de los problemas que como sociedad tendremos que enfrentar en el futuro y parte de la solución tiene que ver con la distribución y el manejo inteligente de toda la cadena de servicios básicos. Y ante eso, el 5G también tiene que aportar.

Mediante el uso de sensores, por ejemplo, es posible detectar cuando se está formando una fuga de agua e informar con precisión y a tiempo el sitio del suceso para acudir a arreglarlo. También se puede contabilizar exactamente el flujo del agua o de la electricidad, para conocer los hábitos de una ciudad o bien, saber si hay un mal uso de estos recursos.

Piensen también en sistemas de recolección de basura: combinando el uso de camiones inteligentes con sistemas de detección de imágenes y sensores, es posible saber en qué lugares se está acumulando la suciedad y así elaborar rutas que eviten el acumulamiento de desechos en las calles.

Y por supuesto, la seguridad ciudadana también se ve beneficiada, gracias a poder utilizar cámaras con mejor resolución y refresco de sus imágenes, las cuales sumadas a un análisis de inteligencia artificial, no solo pueden detectar alguna actividad inusual, sino que reportarla automáticamente a las autoridades.

Trabajo a distancia

La pandemia del Covid-19 sirvió para masificar el teletrabajo a gran parte del sector productivo. De oficinas centrales hemos pasado a rutinas donde solo es necesario contar con un computador y una conexión de Internet. Por supuesto, ese lugar por ahora sigue siendo solo nuestra casa, con una conexión Wi-Fi y listo. Pero la red 5G podrá permitir ampliar no solo nuestro rango de movimiento, sino que permitir que no solo las labores de oficina se puedan realizar a distancia.

Por ejemplo, una ciudad iluminada por el 5G permitirá que sus hospitales y servicios médicos puedan funcionar de manera más eficiente e incluso extendiendo la cobertura de sus servicios a lugares remotos, ya que la comunicación sin latencia y en tiempo real que ofrece esta tecnología abre las puertas para nuevos usos como la realización de exámenes a distancia, con datos que pueden ser revisados en tiempo real por un médico ubicado en una oficina separada por varios kilómetros.

Esto también se traducirá en la posibilidad de operar maquinarias simples y complejas desde un centro de servicio. Hablamos de por ejemplo drones para realizar despachos a domicilio de comida, paquetes o correspondencia a través de los cielos y que necesitan de estas redes para ubicarse y que, desde la central de despacho, sepan en qué lugar estén.

Por supuesto, el soporte de Inteligencia Artificial significará también el desarrollo de nuevas estrategias de automatización de tareas, basando su toma de decisiones en la cada vez mayor cantidad de datos que estaremos generando y analizando en el futuro.

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