Para fortalecer la educación superior, la especialización del cuerpo docente es un factor clave. Una forma de medir la calidad de las instituciones es considerar el perfeccionamiento de los académicos. Precisamente, eso es lo que registra este ranking.

Este año, lo encabezan las universidades Católica de Valparaíso, de Concepción y del Bío-Bío con índices de 97,6, 93,3 y 92,9, respectivamente. De las privadas, la Adolfo Ibáñez subió un puesto, desplazando a la Alberto Hurtado al 5° lugar.

El informe sobre la caracterización del personal académico, publicado por el SIES en octubre pasado, señala que este año son 89 mil los académicos que trabajan en instituciones de educación superior, 3,8% más que el año pasado. Pero, este crecimiento no ha ido acompañado con un aumento de la formación académica, ya que, al igual que en 2022, solo un 16% tiene un doctorado.

En todo caso, si sumamos a los profesionales que cuentan con algún magíster, cinco de cada 10 profesores tienen un posgrado. Se trata de números auspiciosos, ya que hay un incremento de 69% con respecto a 2013.

También hay buenas noticias en paridad de género: el 46% de la planta son mujeres —la cifra más alta desde que se tiene estadísticas. En cuanto a la edad, el promedio es de 43 años, dos menos que los hombres.

Y mientras en las universidades de clase mundial el cuerpo docente está conformado en su mayoría por profesores con doctorado, en nuestro sistema universitario sigue siendo escaso: solo 10 de las 48 casas de estudio tienen más del 50% de sus JCE con doctorado. La lista la encabeza la Católica de Valparaíso. Mientras que, en el opuesto, con menos de un 10%, aparecen la del Alba y UNIACC.

Solo 10 de los 48 planteles que integran el ranking, tienen más del 50% de sus JCE con doctorado.

La Universidad Católica de Valparaíso es el plantel que registra el mayor índice de JCE con doctorado: 65%.