Gobierno de Manuel Montt

En su gobierno, se produjo una gran bonanza en la economía, se fundaron varios establecimientos educacionales y se dio impulso a la colonización en el sur. Además, el gobierno de Montt fue el último que se caracterizó por su autoritarismo y su adhesión al ideario conservador.

Revolución de 1851


Manuel Montt, presidente de
la República desde 1851 a 1861

Las elecciones presidenciales que se realizaron durante los días 25 y 26 de julio de 1851 dieron por ganador a Manuel Montt.

El decenio de Montt se inició con una oposición muy activa, que cuestionaba el autoritarismo y centralismo del gobierno. Así, estalló una revolución en La Serena y Concepción, las dos ciudades en donde el espíritu de autonomía provincial era más fuerte.

En Concepción, la revuelta estuvo encabezada por el ex candidato presidencial José María de la Cruz, quien armó un grupo cercano a los 4.000 hombres, entre sus partidarios y mapuches.

Ante tal situación, el gobierno decidió enviar a la zona al ex presidente Bulnes para contener a las fuerzas revolucionarias, ocupando las ciudades de Chillán y San Carlos. Este consiguió su cometido el 19 de noviembre; sin embargo, De la Cruz y sus tropas no se rindieron y avanzaron hacia el norte, para ocupar Talca, pero no lo lograron, puesto que fueron derrotados en la batalla de Loncomilla (8 de diciembre). Días después (16 de diciembre), De la Cruz firmó el pacto de Purapel, por el cual se sometía a la autoridad existente.

Mientras tanto, en el norte del país, en la ciudad de La Serena, la revolución estaba encabezada por Félix Vicuña, quien organizó una milicia revolucionaria llamada los "Restauradores del Norte",
comandada por José Miguel Carrera Fontecilla.

Este último decidió partir junto al coronel Justo Arteaga y sus soldados a Santiago, pero fueron interceptados en Petorca por las fuerzas gobiernistas lideradas por el coronel Juan Vidaurre.
De vuelta en La Serena, las disputas y rencillas entre Carrera y Arteaga pronto se volvieron incontrolables, provocando el arresto de Carrera y la renuncia de Arteaga a la milicia revolucionaria.

En ese momento, entró en escena Quintín Quinteros de los Pintos, quien dirigió a las tropas que combatieron desde el 1 hasta el 31 de diciembre contra las fuerzas del gobierno. Pese a la superioridad numérica del ejército de Quinteros, el gobierno pudo finalmente ocupar la ciudad y derrotarlos, dándose por finalizada la revolución.

Obras del gobierno de Montt

Durante la presidencia de Montt continuó la intensa labor iniciada durante el gobierno de Bulnes en cuanto a obras públicas, educación y colonización.
Con el país ya en calma, el gobierno pudo abocarse a llevar a cabo una administración caracterizada por el adelanto y el progreso.
De esta manera, se realizaron varios adelantos en el ámbito de las obras públicas; entre ellas, la inauguración de la primera línea de trenes del país, que iba desde Caldera hasta Copiapó (25 de diciembre de 1851); inicio de la construcción del ferrocarril entre Santiago y Valparaíso (1852) y las vías hacia el sur (1855), la llegada del telégrafo eléctrico y uso de gas para el sistema de alumbrado público y la puesta en marcha de la primera línea de tranvías a tracción animal en Santiago (1857).
En el ámbito de la educación, se fundó la primera Escuela de Preceptoras (1854), se promulgó la ley orgánica de Instrucción Primaria (1860), se creó la Sociedad de Instrucción Primaria (1856)
y se fundaron varios colegios privados (como el Sagrado Corazón, el San Ignacio y el Mackay de Valparaíso) y escuelas primarias y liceos en provincias (en La Serena, Concepción, San Felipe, Chillán, etc.).

Desarrollo económico

En el decenio de Montt, la economía creció basada en la producción y exportación de cobre, lo que fortaleció las finanzas públicas.
También se crearon varias normas e instituciones que permitieron el nacimiento del sistema financiero. El 29 de agosto de 1855, se creó por ley la Caja de Crédito Hipotecario, para fomentar la agricultura mediante la entrega de préstamos a largo plazo. Además, la misma ley autorizó la creación de sociedades anónimas para este fin, gracias a lo cual surgieron los bancos hipotecarios.
Ese mismo año comenzó a funcionar el primer banco autorizado legalmente, el Banco Valparaíso, y en 1856 surgió la primera compañía de seguros.
En 1860, se dictó la ley de bancos de emisión, que permitió producir papel moneda (sin control estatal) hasta por el 150% de las reservas del capital de cada banco. Un año después se creó por ley la Caja de Ahorros, que pertenecía al Estado.
Los fondos debían ser invertidos en bonos en la Caja de Crédito Hipotecario.

La cuestión del sacristán


Catedral Metropolitana de Santiago.

En 1856, el sacristán mayor de la catedral Metropolitana de Santiago, presbítero Francisco Martínez Garfias, expulsó al sacristán Pedro Santelices, que supuestamente lo había injuriado, ya que lo acusó de haber destrozado de una pedrada la claraboya de la sacristía, además de beber junto a unos amigos el vino consagrado.

Luego de ser despedido, Santelices acudió al tribunal eclesiástico y los cuatro sacerdotes miembros decidieron reponerlo en el cargo. Sin embargo, el vicario general suplente de ese momento, Vicente Tocornal, declaró válida la expulsión.

Los representantes del tribunal, lejos de acatar la resolución, llevaron el caso al arzobispo Rafael Valentín Valdivieso para que lo resolviera, pero este no se encontraba, así que su reemplazante,
el vicario José Miguel Arístegui, ordenó a los canónigos del tribunal que dieran cumplimiento al fallo. Estos no se dieron por vencidos y esperaron el regreso del arzobispo, quien intentó convencerlos, pero no dio resultado y confirmó el veredicto del vicario.

Dos miembros del tribunal, Meneses y Solís, entablaron un recurso de fuerza, y la Corte Suprema pidió los antecedentes al arzobispo. El expediente pasó a manos del fiscal Manuel Camilo Vial, quien acogió el recurso y revocó la expulsión del sacristán.

La resolución de la Corte no fue reconocida por el arzobispo Valdivieso, quien se negó a reponer al sacristán en su cargo, rebelándose ante la resolución de la Corte. De esta forma se expuso
públicamente a ser arrestado o desterrado.

Producto de este suceso, el presidente Montt se encontró con una disyuntiva. Por un lado, no podía oponerse a la ejecución del fallo de la Corte Suprema y, por otro, la situación favorecería a sus opositores, que buscaban cualquier excusa para alzarse contra su gobierno. Por esto pidió a los eclesiásticos miembros del tribunal y al sacristán que se desistieran de la demanda contra el arzobispo.

Esta petición tuvo una respuesta positiva y de esa forma el problema se solucionó y Valdivieso no fue desterrado.

Sin embargo, aunque la situación se había resuelto, se produjo una gran división dentro de la coalición del gobierno de Montt. El partido Conservador (pelucones) se dividió entre los defensores
de la autoridad y el predominio del Estado sobre la Iglesia, quienes crearon el Partido Nacional o Monttvarista, y los que deseaban terminar con el autoritarismo presidencial y eran más cercanos al clero, los que dieron origen al Partido Conservador Reaccionario o Ultramontano.

En 1858, se formó la fusión Liberal-Conservadora, que estaba integrada por conservadores que encontraron apoyo en los liberales que habían sido sistemáticamente excluidos de los últimos gobiernos. La fusión se oponía al autoritarismo de Montt y debido a su vertiente conservadora, también a la existencia de situaciones que afectaran a la iglesia Católica.
En la elección presidencial de 1861, esta coalición resultó vencedora, con José Joaquín Pérez como candidato.

Revolución de 1859

En oposición a la candidatura de Antonio Varas a la presidencia, la fusión Liberal-Conservadora formó el Comité de Santiago, que preparó y ejecutó la revolución que estalló en el norte y sur del país en 1859.

El gobierno de Montt respondió declarando el estado de sitio en l as provincias de Santiago, Valparaíso y Aconcagua, clausuró diarios y decretó varios destierros.

En el sur, el gobierno concentró sus esfuerzos en reconquistar Talca y envió al ministro de Guerra, general Manuel García. Este tomó el mando de las fuerzas acuarteladas en Monte Baeza y mediante un sorpresivo ataque ocupó la ciudad, derrotando a las tropas revolucionarias del general José Ramón Vallejos. En Valparaíso y Concepción, también fracasó el movimiento revolucionario.
En el norte, Pedro León Gallo, con un ejército de más de mil hombres, venció a las fuerzas del gobierno en la batalla de Los Loros (marzo de 1859), y avanzó sobre La Serena, a la que ocupó
militarmente.

Esta noticia reanimó el espíritu revolucionario y a los pocos días algunos de los cabecillas, como Nicolás Terapegui, partieron al sur, donde reunieron a una gran cantidad de mapuches con los que marcharon a Chillán. En esa ciudad, el intendente, coronel José Manuel Pinto, organizó la defensa y los derrotó.

En abril, Gallo volvió al ataque en el combate de Cerro Grande (cerca de La Serena), pero fue vencido por las fuerzas militares del general Juan Vidaurre, finalizando así la revolución.

Casi de inmediato, se produjo una crisis económica, que significó un gran problema para los dos últimos años del gobierno de Montt. Entre las principales causas estuvieron la guerra civil, la revolución y el cierre de los dos mejores mercados del trigo chileno, Australia y California, lo que causó un descenso rápido e inesperado de las exportaciones de este producto.

La crisis se manifestó en las numerosas quiebras de empresas, en el empobrecimiento de muchas familias y en la paralización de obras públicas y particulares.

Por otra parte, producto del conflicto revolucionario, Antonio Varas renunció a la candidatura a la presidencia que el gobierno le había ofrecido.

El único candidato fue José Joaquín Pérez, quien triunfó en las elecciones de 1861.

Colonización alemana


A partir de 1851, fecha en la que un grupo de alemanes se instaló en isla Teja (en Valdivia), paulatinamente se comenzó a poblar esa zona hasta el lago Llanquihue.
En 1853, Pérez Rosales fundó Melipulli, poblado al que luego llamó Puerto Montt, y al año siguiente echó las bases de Puerto Varas. Otras localidades en las que se instalaron colonos fueron Osorno, Puerto Octay, Frutillar, La Unión y Río Bueno.
Entre 1851 y 1860, llegaron más tres mil alemanes a esta zona del país.

Crisis en el Senado


Manuel Montt fue reelegido para su segundo período presidencial en 1856.
Al año siguiente, el mandatario se vio enfrentado a una crisis en el Senado. Este, que se encontraba dominado por conservadores ultramontanos, quienes no aprobaron la Ley de Presupuesto para 1858, exigieron un cambio de gabinete.
El presidente, sorprendido con la situación, decidió presentar su renuncia, pero esta fue rechazada. Finalmente, se nombró un gabinete de conciliación.

El Código Civil


En 1840, Andrés Bello inició la tarea de redactar un nuevo Código Civil, ya que en nuestro país continuaba usándose el antiguo sistema jurídico hispano.
Este lo terminó en noviembre de 1855, aprobándose en el Congreso el 14 de diciembre del mismo año. Sin embargo, solo entró en vigencia en enero de 1857 y ha permanecido en vigor hasta la actualidad.
Entre los principios fundamentales que inspiraron el texto de este código, están:
- Autonomía de la voluntad (autonomía privada).
- Protección a la Buena Fe.
- Sanción al enriquecimiento sin causa.
­ Responsabilidad civil. Quiere decir que toda persona es responsable no solo de sus propias. acciones, sino del hecho de aquellos que estuvieren a su cuidado.

Resumen del Gobierno de Manuel Montt

- Una de las obras públicas más relevantes que se realizaron durante su gobierno fue la inauguración, en 1851, de la primera línea de trenes del país, que iba desde Caldera hasta Copiapó
- La economía en el decenio de Montt creció basada en la producción y exportación de cobre. Este aumento permitió la construcción de escuelas primarias y liceos y de edificios como el Congreso Nacional.
- El gobierno de Montt se inició y terminó con revoluciones opositoras, la primera en 1851 y la segunda en 1859.

 

 

Consorcio Periodístico de Chile S.A. Derechos reservados.
Se prohíbe expresamente la reproducción o copia de los contenidos de este sitio
sin el expreso consentimiento de Consorcio Periodístico de Chile S.A.