Mirada de director: La Tercera a cinco voces

En las últimas dos décadas, La Tercera se modernizó, amplió su pauta para responder a las nuevas demandas de sus lectores y protagonizó una intensa disputa por la influencia. El desafío actual es adaptar su sello a un escenario en que las audiencias acceden a las noticias en distintos formatos. Los periodistas que han dirigido este medio desde 1997, Fernando Paulsen, Cristián Bofill, Guillermo Turner, Juan Pablo Larraín y el actual, José Luis Santa María, cuentan qué es lo que vivieron y cómo ven lo que viene.

Por: Angélica Bulnes

Fernando Paulsen, director de La Tercera entre 1997 y 1999:

“Yo no tenía por qué llegar a La Tercera. A mediados de los 90 trabajaba en La Red y Copesa se compró el canal. Entonces a La Red llegó como director de prensa desde la revista Qué Pasa, Roberto Pulido que luego se enfermó de cáncer y lamentablemente murió en 1996. Tras eso yo asumí como director de prensa. Un día, conversando con el gerente general de Copesa, Juan Carlos Larraín y con Juan Carlos Latorre, que era miembro del directorio, me plantearon el siguiente dilema: Chile llevaba 12 años de crecimiento y eso se estaba notando en muchos niveles, como en el consumo. Gente que nunca había tenido un auto, se estaba comprando uno, familias que no salían de vacaciones lo empezaban a hacer. Personas que jamás estuvieron suscritas a un diario, contrataban El Mercurio, pese a que llevaba una vida leyendo La Tercera. Entonces la pregunta era: ¿Qué tiene que hacer este diario para defenderse de eso? Les preguntaron a muchas personas qué pensaban y yo mandé un mini paper con mis opiniones. Eso fue en 1996”.

Juan Pablo Larraín, director de La Tercera entre 2016 y 2018:

“Antes de llegar a ser director del diario, estuve tres veces en La Tercera, la primera a fines de 1991. Era el verano en que pasaba a tercer año de Periodismo y llegué a hacer una práctica voluntaria. Me quedé trabajando los siguientes tres años, mientras terminaba de estudiar y pasé por todas las secciones. El director era Tito Olave y era un diario popular que todos los lunes titulaba con letras rojas: ganó, empató o perdió Colo Colo. Tenía mucha noticia policial, había una sección grande de tribunales, una muy chiquitita de política y, para mi sorpresa, un espacio de opinión medianamente importante. A economía le dedicaban media página con noticias como sube el pan, baja la micro, aumenta el precio del azúcar".

Fernando Paulsen:

“Unos tres meses después de que entregué mis propuestas me ofrecieron que las pusiera en práctica y fuera director del diario. Yo ya me había ido a TVN y creado Medianoche pero acepté y partí. El reto era impulsar que La Tercera fuera subiendo con los que estaban subiendo. No abandonar a los lectores porque subían de estatus, que no desertaran porque sentían que podían comprar otro diario. Eso fue bien fascinante. Obligó a no tener complejo de meternos en áreas que históricamente solo tocaba El Mercurio: política a fondo, economía, cultura, internacional, un área que hasta entonces prácticamente no existía. Para eso renové el staff, creo que cambié 13 editores. Empezamos a achicar las letras, se creo una sección de economía en serio, incorporamos una buena página de espectáculos y traje una batería de columnistas, que era otra manera de subirle el pelo al contenido”.

Juan Pablo Larraín:

“Ese año, el 97, cuando Paulsen ya había empezado a reperfilar el diario, vino el Caso Chispas, el ‘negocio del siglo’ que se originó por la toma de control de los españoles de Endesa. La Tercera comenzó a titular con eso, algo que antes hubiera sido impensado. Me tocó volver a verlo desde dentro porque, aunque yo trabajaba en La Red, Copesa era dueña del canal y se produjo algún tipo de integración entre ambos medios. Por ejemplo, yo hacía unos informativos de cinco minutos cada hora, desde la redacción de La Tercera, así es que me trasladé para allá y entraba a las pautas”. 

Fernando Paulsen:

“Junto a Juan Carlos Camus, en 1997, creamos la página web de La Tercera. Fue el primer diario digital que salió y hubo un hecho que lo llevó a alcanzar connotación internacional: en junio de 1997 la jueza de Viña del Mar, Beatriz Pedrals, dispuso la prohibición de informar sobre el caso del narcotraficante Mario Silva Leiva, el Cabro Carrera. Yo venía de mis peleas de la dictadura así es que le dije al gerente general, Juan Carlos Larraín, que no iba a respetar esa prohibición y empezamos a ver cómo desobedecer. Como recientemente habíamos estrenado el sitio web del diario, el ingeniero y diseñador Alfonso Gómez, que era asesor del diario, me preguntó qué pasaría si la información sobre el caso venía desde afuera. Arrendamos un servidor en Nueva York y le pregunté a mi compadre y abogado, Luis Hermosilla, si podíamos publicar las noticias en la web pero allá: me dijo que nunca se había hecho y que me asegurara de poner en portada algo así como: “Lea las noticias que no puede encontrar en Chile en www.latercera.com”. Fue un éxito total y al cabo de 10 días la jueza tuvo que echar abajo la prohibición de informar y nos ganamos premios internacionales.

Nunca dejamos de alimentar esa red y creo que la razón por la que más personas leen hoy día el diario digital en La Tercera es en gran medida porque estuvo desde el principio. Cuando Cristián Bofill me sucedió en 1999 viene un segundo evento que consolidó el formato: la prohibición de El Libro Negro de la Justicia Chilena de Alejandra Matus. Ahí se acuerdan del servidor en Nueva York y se publica el texto completo, desafiando la censura de Servando Jordán. Tras las primeras horas de publicación, 16 mil lectores accedieron al sitio y el servidor estuvo cerca de saturarse en varios momentos. 

Cristián Bofill director de La Tercera entre 1999 y 2013:

“Llegué a ser director del diario en 1999. Tenía 39 años y creo que me ayudó mucho haber estudiado y trabajado como periodista hasta los 30 años en Brasil, país que en esa época tenía una prensa más moderna, crítica y cosmopolita que la chilena”.

Fernando Paulsen:

“Cuando Bofill llegó insistió en la idea original de que el diario creciera con los lectores y lo hizo muy bien. Fue un gran director de La Tercera”. 

José Luis Santa María, actual director de La Tercera:

“Los años de Paulsen y los primeros de Bofill, coinciden con la etapa en que yo estaba estudiando Periodismo. La Tercera empezó a entrar con fuerza y claramente, parte de mi mirada profesional quedó influenciada por ese proceso de transformación. Yo quería ser periodista por cosas como las que estaban haciendo ahí, características como que se convierte en un diario que te contaba la trastienda del poder, que me abría la mente temáticamente, se arriesgaba y no le bastaba con solo registrar la actualidad. Y que tenía una actitud más liberal, buscando más diversidad y tolerancia en una época en que eso no era lo mainstream. Todos esos son atributos que tiene esta marca y son también una suerte de decálogo de lo que yo ahora como director quiero seguir empujando, adaptando esos valores a los nuevos escenarios”.

Juan Pablo Larraín:

“A fines de 1999 volví a La Tercera como editor de domingo por un periodo corto. En ese momento Cristián ya había asumido y llevaba varios meses insistiendo con una pauta muy centrada en la influencia y la política. En el fondo estaba amasando el diario que quería dirigir y eso se tradujo, a comienzos del 2000, en un rediseño completo. La Tercera se puso los pantalones largos, pasó de la letra roja a la negra, a una portada mucho menos colorinche, más sobria, que reflejaba la apuesta por una nueva clase media alta. Fue el momento en que se empezó a meter en los aviones de LAN y a darse a conocer en un segmento de Santiago que no la había leído nunca. Apareció un cuerpo de Reportajes más parecido al que conocemos hoy y se hizo uno de Negocios. Comenzó a gestarse su mejor época y El Mercurio dejó de competir solo. Quizás a Copesa le hubiera salido más fácil inventar un diario nuevo pero, en una experiencia bien única, adaptó el que ya existía y empezó a funcionarle”. 

 Cristián Bofill:

“Mientras estuve a cargo del diario, lo más importante fue reclutar un equipo de buenos profesionales y disputar el liderazgo de la agenda noticiosa con obsesión”.

Guillermo Turner, director de La Tercera entre 2013 y 2016:

“Pese a lo que podría pensarse, llegar en 2013 a dirigir el diario después de Cristián Bofill, que estuvo ahí 14 años, fue mucho más fácil de lo que yo hubiese esperado y la razón es que La Tercera contaba con un equipo de editores, periodistas, diseñadores y reporteros gráficos que realmente constituían el alma y el motor del diario. Por cierto que Cristián fue fundamental en la concepción de un diario abierto e independiente. Captó la necesidad por un periodismo renovado, incluso entre los lectores más influyentes o en la élite. Pero se había armado un equipo que realmente estaba convencido de eso y ese grupo me permitió seguir trabajando con ellos y hacerme un espacio en poco tiempo”.

Cristián Bofill:

“Además de formar un buen equipo, otro aspecto importante fue concentrarse más en el fin de semana, la madre de todas las batallas. Ahí hay más lectores, más tiempo para leer, y está el grueso de la publicidad. Hubo otros factores, por supuesto, y en el camino hubo aciertos y no pocos errores. Los aciertos tuvieron que ver sobre todo con el énfasis en el trabajo en equipo, con la dedicación para poner nuevos temas sobre la mesa, con tratar de innovar en las coberturas de los hitos noticiosos más importantes y liderarlos. Crecimos principalmente golpe a golpe y ahí está el centro de documentación para comprobarlo.

Entre otras cosas, pecamos por practicar menos de lo que deberíamos la autocrítica. Deberíamos habernos cuestionado más si estábamos en lo correcto o si estábamos siendo injustos con alguien. Logramos y superamos nuestras principales metas, pero con más autocrítica habríamos hecho un diario mejor. Pienso que hasta hoy a la prensa le cuesta la autocrítica. La mejor receta para evitar errores es reconocerlos y corregirlos. En eso estamos a años luz de la prensa anglosajona”.

Juan Pablo Larraín:

“Esos años de Bofill fueron una época compleja también. Al principio había mucho desmentido. Además, en su ánimo por ganar hasta la coma, Bofill daba vuelta el diario completo todos los días. Desde el punto de vista de los lectores el producto era una delicia, pero Cristián le puso mucha presión. Ahora, si no lo hubiera hecho, La Tercera nunca hubiera llegado a estar donde está hoy. Era un ritmo difícil y a la vez con un nivel de adrenalina increíble, por eso muchos se fueron, pero también otros volvieron. Vinieron unos años muy buenos para La Tercera y El Mercurio los sintió fuerte. Pusieron a cargo del buque a Cristián Zegers y se dio una tremenda disputa por el poder y la influencia".

Cristián Bofill:

 “Un medio sin influencia es un león sin dientes. Pienso que el mayor mérito de La Tercera ha sido su apuesta exitosa por convertirse en un medio de influencia en un país que estaba cambiando aceleradamente y requería más variedad y competencia en el periodismo. Había un espacio muy nítido y La Tercera lo ocupó”. 

José Luis Santa María:

“A mí me tocó competir muy fuerte con La Tercera porque, entre 2008 y 2010, estuve en política de El Mercurio, donde llegué a ser editor. Y después de eso, asumí como director de la revista Qué Pasa, en años importantes en esa revista, con algunas historias como el Caso Caval. La revista en esos años circulaba como parte de una suscripción adicional con La Tercera, era una suerte de medio hermano, con el que de todos modos igual competía. Desde esos espacios vi cómo La Tercera marcó la pauta, generó conversaciones, y se anticipó a los cambios que se estaban dando. Sería exagerado atribuirle a este diario haber sido el motor de esos cambios, pero sí logró interpretarlos y mostrarlos. De ese modo ayudó en el proceso de modernización y de actualización de la élite de este país”. 

Guillermo Turner:

“Cuando asumí como director de La Tercera en 2013 yo llevaba cerca de 20 años en distintos medios. Había sido director de revista Capital y gerente de contenidos en Mega y había estado a la cabeza del Diario Financiero. Justo antes de ingresar a La Tercera, tuve la oportunidad de crear un nuevo periódico, Pulso. Llegar a La Tercera fue una oportunidad única de encabezar un equipo periodístico de gran nivel y de enorme esfuerzo y voluntad. La Tercera se había convertido en un referente de la información en Chile y para mí fue una gran responsabilidad profundizar ese logro.

Me interesaron tres aspectos: no perder lo avanzado en términos de posicionamiento durante la gestión anterior. Lo segundo era avanzar en la concepción de una verdadera multiplataforma integrada, con un mismo equipo periodístico, pero con distintos espacios de salida para las informaciones o, dicho a la inversa, distintas vías de acceso para las audiencias. Lo tercero fue reforzar el diario en papel para convertirlo en un producto integral, donde el editorial, la información política, el deporte, la ciencia, el arte y los espectáculos, incluso la entretención, tengan su espacio y reflejen periodismo de primer nivel. El deporte o los espectáculos no son un añadido "simpático" en un diario, sino parte fundamental en la experiencia que el diario ofrece a sus suscriptores. Por eso creamos Finde o reformulamos Tendencias. O le dimos un giro a la información deportiva”.

Juan Pablo Larraín:

“Después de tres años dirigiendo Pulso, luego de que Guillermo se va, en 2016 me ofrecen hacerme cargo de La Tercera. El diario ya venía de sufrir los primeros efectos de la crisis de los medios en el mundo y en Chile. El encargo era impulsar, de manera decidida, la digitalización de la sala de redacción y mantener la influencia. En todo ese periodo conté con la ayuda del subdirector Víctor Cofré, quien lleva muchos años en el diario y ha hecho un aporte muy valioso en los distintos periodos.

Al final del segundo año hicimos un rediseño, más sobrio y con un cambio de logo muy llamativo porque dejamos La Tercera, por la sigla LT. La gente de marketing puso el grito en el cielo, pero hoy nadie se los cuestiona. Junto con eso iniciamos una serie de proyectos que fueron motivo de profundo orgullo. Otros no tanto, como el cambio de la revista Paula antigua a la nueva, que no se explicó bien y se entendió pésimo. Pulso pasó a circular con La Tercera, una idea que veníamos preparando hacía tiempo y que ha funcionado muy bien. A comienzos de 2018 estrenamos La Tercera PM, lejos lo más novedoso que se ha hecho en el diario en los últimos 10 años: un medio digital, vespertino, con un equipo senior, influyente y en línea con el periodismo que uno podría esperar para el futuro. Además, el sitio de La Tercera dio un salto gigantesco en términos digitales por lo que se inició un plan más ambicioso en ese sentido”. 

José Luis Santa María:

“Hasta hace poco las estructuras de funcionamiento de La Tercera, estaban hechas para hacer el diario de papel que sale todas las mañanas. La Tercera en las últimas dos décadas interpretó el cambio de la sociedad, que el público quería otros contenidos y formas de contar las noticias, pero ahora nos damos cuenta de que las audiencias han creado nuevos puntos de contacto con la información. Ese es un proceso que también tenemos que liderar y en los últimos años se ha avanzado mucho en ese sentido. La creación de La Tercera PM es eso, como también la incorporación de formatos audiovisuales o la integración que se ha estado dando con las radios del grupo. Ahora hay que avanzar más y esa es una tarea clave que tengo hoy como director: volcar los atributos que tiene la marca, el ADN de este diario, su forma de hacer periodismo y sus criterios editoriales a todas las plataformas para acompañar a nuestras audiencias en todo su ciclo informativo y en el formato que sea más útil para ellas, lo que puede ser un podcast Crónica Stereo al empezar el día, La Tercera PM a la hora de almuerzo, el diario en papel el domingo, o en la mañana un newsletter con los mejores contenidos”.  

Guillermo Turner:

“Soy un fiel lector de diarios en papel. Obviamente, no niego que estamos en la época de las multiplataformas, pero aquí el papel también juega un rol fundamental: sigue siendo la vitrina de mayor influencia y espacio fundamental para el análisis. Leí en alguna parte que Financial Times dice que una de las claves de su éxito como multiplataforma es siempre haber seguido cuidando la edición en papel. Me parece que eso tiene mucho sentido”.

Fernando Paulsen:

“Uno de los grandes desafíos que tienen los medios actualmente es mantener la atención de su público. Tienes que estar ahí donde la gente está. Antes la gente iba a ti, tu convocabas: salía el diario y la gente llegaba el quiosco. Ahora hay que ir a buscar a la gente y eso es un trabajo arduo y cansador”.

Cristián Bofill:

“Hoy tenemos un país más abierto y con menos temas tabú. Pero hacer periodismo es más difícil porque la agonía del modelo tradicional de negocios de los medios limita los recursos para reclutar buenos profesionales e invertir en reporteo e investigación. Nada es tan potente en periodismo como la buena información. Todavía ningún otro medio supera a los diarios como caja de resonancia y reflexión sobre los principales temas de la sociedad. Pero si no logran mantener ese liderazgo en el mundo digital, van a perder su principal razón de ser. Si eso ocurre, surgirán alternativas”. 

José Luis Santa María:

“Por eso la digitalización y la existencia de múltiples formatos no son un asunto de forma, sino que muy de fondo: en un mundo lleno de información, que puede ser verdadera o falsa, lleno de manipuladores, las marcas que invierten en periodismo como La Tercera tienen que ser referentes y ayudar a la gente a entender, aprender, sacar conclusiones y discriminar entre lo que es cierto, lo que no lo es y lo tergiversado”. 

Cristián Bofill:

“Actualmente hay un mayor escrutinio del poder, facilitado por el mundo digital, lo que ha potenciado la labor fiscalizadora de la prensa. Pero también se ha traducido en una hipertrofia de la opinión y en el surgimiento de una legión de predicadores que buscan el aplauso fácil, al igual que los políticos populistas”.

José Luis Santa María:

“Las redes sociales no se han transformado en la plaza pública que algunos anunciaron, sino que se han convertido en la plaza de tus amigos. Si eres de izquierda tu timeline es como tú y solo lees de izquierda. Lo mismo si eres de derecha. La gente se está permanentemente reafirmando y en ese contexto La Tercera tiene un rol en generar un espacio donde pueda darse esa discusión pública que a veces parece que se está acabando. Pero eso no lo puedo hacer solo desde un formato, sea el papel, la web, o un producto específico, porque me quedo corto para una tarea tan grande”. 

Juan Pablo Larraín:

“Creo que hay una característica que se ha mantenido desde fines de los 90 pese a que ya vamos en el tercer director desde que se fue Cristián Bofill: La Tercera es un diario que mantiene una vocación cuestionadora del poder y eso es algo que creo que quiere seguir manteniendo en sus distintos formatos”.

Cristián Bofill:

“Un medio necesita conexión emocional con su audiencia. Igual que a una persona, no se le respeta y aprecia solo por su eficiencia o calidad. Se lo respeta y aprecia también por sus valores, por su visión de país y de mundo, y por las batallas que escoge”.

Temas relacionados: