11 de Diciembre de 2006. Escuela Militar. Capturada por Pedro Rodríguez

Él falleció un día domingo, a la una de la tarde. Yo estaba de turno en el diario y teníamos a algunos fotógrafos en el Hospital Militar. Un par de minutos antes de que apareciera el extra en televisión, uno de ellos me llamó y me dijo, ‘Pedro, parece que sí, murió Pinochet’”. Para mí, …

Él falleció un día domingo, a la una de la tarde. Yo estaba de turno en el diario y teníamos a algunos fotógrafos en el Hospital Militar. Un par de minutos antes de que apareciera el extra en televisión, uno de ellos me llamó y me dijo, ‘Pedro, parece que sí, murió Pinochet’”.

Para mí, la muerte de Pinochet es una fecha en la que uno siempre va a recordar dónde estaba o qué estaba haciendo. La historia de este personaje nos marcó de por vida. Ese mismo día, fui al hospital, pero no pasó nada. Me fui a la casa y al otro día, como no sabía con qué me iba a encontrar, llegué a las cinco de la mañana y quedé segundo en una fila que teníamos que hacer los gráficos y cámaras.

A las 8.30 llegó un oficial y nos dejó pasar en fila. Ahí comenzó la adrenalina, porque no sabíamos si lo íbamos a poder ver. Entramos a la Escuela Militar, a un segundo piso, y desde ahí podíamos mirar hacia abajo. Cuando llegué y me enfrenté a la situación, fue una gran sorpresa: estaba Pinochet ahí y el féretro estaba abierto. Tomé el lente y no me cansé de tomar fotos.

Cuando estaba vivo, era tan importante tener una foto de él y era tan difícil, porque había que tener toda una preparación en tiempo, lentes largos y armarse de paciencia, que una vez dije: ‘El día en que se muera Pinochet, la foto de portada tiene que ser mía’. Y así fue.

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